30 diciembre, 2008




Estaba allí desde el primer momento,
en la adrenalina
que circulaba por las venas de tus padres
cuando hacían el amor para concebirte,
y después en el fluido
que tu madre bombeaba a tu pequeño corazón
cuando todavía eras sólo un parásito.

Llegué a ti antes de que pudieras hablar,
antes aún de que pudieras entender algo
de lo que los demás te decían.
Estaba ya, cuando torpemente
intentabas dar tus primeros pasos
ante la mirada burlona y divertida de todos.
Cuando estabas desprotegido y expuesto,
cuando eras vulnerable y necesitado.

Aparecí en tu vida
de la mano del pensamiento mágico;
me acompañaban...
las supersticiones y los conjuros,
los fetiches y los amuletos...
las buenas formas, las costumbres y la tradición...
tus maestros, tus hermanos y tus amigos...

Antes de que supieras que yo existía
dividí tu alma en un mundo de luz y uno de oscuridad.
Un mundo de lo que está bien y otro de lo que no lo
está.

Yo te traje tus sentimientos de vergüenza,
te mostré todo lo que hay en ti de defectuoso,
de feo,
de estúpido,
de desagradable.
Yo te colgué la etiqueta de "diferente",
cuando te dije por primera vez al oído
que algo no andaba del todo bien en ti.

Existo desde antes de la conciencia,
desde antes de la culpa,
desde antes de la moralidad,
desde los principios del tiempo,
desde que Adán se avergonzó de su cuerpo
al notar que estaba desnudo...
¡y lo cubrió!

Soy el invitado no querido,
el visitante no deseado,
y sin embargo
soy el primero en llegar y el último en irme.
Me he vuelto poderoso con el tiempo
escuchando los consejos de tus padres sobre cómo
triunfar en la vida.

Observando los preceptos de tu religión,
que te dicen qué hacer y qué no hacer
para poder ser aceptado por Dios en su seno.
Sufriendo las bromas crueles
de tus compañeros de colegio
cuando se reían de tus dificultades.
Soportando las humillaciones de tus superiores.
Contemplando tu desgarbada imagen en el espejo
y comparándola después con la de los famosos
que salen por televisión.

Y ahora, por fin,
poderoso como soy
y por el simple hecho
de ser mujer,
de ser negro,
de ser judío,
de ser homosexual,
de ser oriental,
de ser discapacitado,
de ser alto, bajito o gordo...
puedo transformarte
en un montón de basura,
en escoria,
en un chivo expiatorio,
en el responsable universal,
en un maldito
bastardo
desechable.

Generaciones y generaciones de hombres y mujeres
me apoyan.
No puedes librarte de mí.

La pena que causo es tan insostenible
que para soportarme
deberás pasarme a tus hijos,
para que ellos me pasen a los suyos
por los siglos de los siglos.

Para ayudarte a ti y a tu descendencia
me disfrazaré de perfeccionismo,
de altos ideales,
de autocrítica,
de patriotismo,
de moralidad,
de buenas costumbres,
de autocontrol.

La pena que te causo es tan intensa
que querrás negarme
y, para eso,
intentarás esconderme detrás de tus personajes,
detrás de tus drogas,
detrás de tu lucha por el dinero,
detrás de tus neurosis,
detrás de tu sexualidad indiscriminada.
Pero no importa lo que hagas,
no importa a dónde vayas.
Yo estaré allí,
siempre allí.
Porque viajo contigo,
día y noche
sin descanso,
sin límites.

Yo soy la causa principal de la dependencia,
de la posesividad,
del esfuerzo,
de la inmoralidad.
del miedo,
de la violencia,
del crimen,
de la locura.

Yo te enseñé el miedo a ser rechazado
y condicioné tu existencia a ese miedo.
De mí dependes para seguir siendo
esa persona buscada, deseada,
aplaudida, gentil y agradable
que hoy muestras a los demás.
De mí dependes
porque soy el baúl en el que has escondido
aquellas cosas más desagradables,
más ridículas,
menos deseables de ti mismo.

Gracias a mí
has aprendido a conformarte
con lo que la vida te da,
porque, después de todo,
cualquier cosa que vivas será siempre más
de lo que crees que mereces.

Has adivinado, ¿verdad?


Soy el sentimiento de rechazo que sientes hacia ti mismo.



Recuerda nuestra historia...


Todo empezó aquel día gris
en que dejaste de decir orgulloso:
¡YO SOY!


Y, entre avergonzado y temeroso,
bajaste la cabeza
y cambiaste tus palabras y actitudes
por un terrible pensamiento:
YO DEBERÍA SER...



-Autorrechazo, Bucay-

29 diciembre, 2008

23 diciembre, 2008

Generación del 90 (II)





Los inquietos



"La curiosidad mató al gato"

Si bien en la entrada anterior exponía el modo de actuar que tiene la mayoría de mis congéneres, y creo que he dejado bastante claro lo que pienso, me gustaría sin embargo dirigir ahora mi vista hacia la minoría, aquellas personas que parecen estar en la sombra pero que afortunadamente existen a pesar de que en esta sociedad se las quiera ocultar y privar de un lugar en ella, por el mero hecho de no seguir a la masa.


Me refiero a los escépticos, a los curiosos, a los que no se conforman con aceptar lo que se les ofrece porque quieren lo mejor y no sólo lo deseable por la multitud: los inquietos.
A pesar de que en ocasiones me embargue un sentimiento de desesperanza, porque son pocos y la mayoría de ellos no se conocen entre sí, llegando ellos incluso a pensar que quizá no haya nadie como ellos, sé existen y eso me hace sonreír.

He tenido la inmensa fortuna de encontrar a lo largo de mi vida a algunos, y son personas excepcionales. Nunca cumplen un estereotipo determinado, nunca tienen por qué tener una personalidad que se asemeje a la de otros, siendo a veces lo único que les une el mero hecho de ser reflexivos, de haber nacido inconformistas y de ser ellos mismos aunque no encajen entre sus iguales de la multitud. Se puede decir que no sólo son personas únicas que destacan entre la masa, sino que además, no se confunden con otros inquietos porque brillan con luz propia. Individualismo extremo frente al grupo de forma natural.

Ellos poseen los valores humanos de los que carece el conjunto, se aferran a sí mismos con desesperación y soportan los golpes que da la vida con obstinación, volviéndose más escépticos tal vez por ello, pero sin dejar de creer en que al menos, no van a dejar de ser ellos mismos por sufrir. Y yo no puedo hacer otra cosa sino admirarles.

Muchos tienen una visión pesimista de la vida, un descontento generalizado quizá debido a soportar la enorme carga que la soledad supone. Se sienten abrumados ante la degeneración de la sociedad, cada vez más desprovista de calor humano, cada vez más estúpida, cada vez más animalizada… más vacía.

Y sin embargo, se enfrentan al día a día, se resisten a ser como los demás no por el deseo de destacar sino porque están convencidos de que los demás se equivocan, de que los valores que muestran no son realmente los que importan a pesar de estar asumidos por todos, y que no por el error ser más repetido se convierte en correcto.

Son la razón de ser de nuestra generación.

Por ellos escribo todo esto, porque estáis ahí, sé que estáis ahí os conozca o no, porque a pesar de que haya enormes campos de trigo, siempre aparecen intercaladas en ellos amapolas de un rojo sangre que no pueden ser ignoradas, porque han nacido para ser diferentes, para ser únicas y ser individualmente excepcionales, luchando siempre, como dice bajo el título de este blog, para no ser absorbidos por la tribu, porque han decidido pagar el precio de ser ellos mismos pase lo que pase.

Si leéis esta entrada y tenéis la suerte de poseer una mente inquieta os animo a que os encontréis entre vosotros, que no os dejéis abatir por la inmensidad de la masa, porque entre ella, escondidos, hay otros inquietos que se preguntan si existirá alguien más como ellos y que se sienten solos al creerse perdidos en un mundo de sinsentido.

Somos pocos, pero somos.

… Y seremos …





17 diciembre, 2008

Generación del 90 (I)





Eppur si muove! *







A pesar de los intentos por reprimir las ganas de escribir sobre el tema, no he podido resistirme. Y es que la actualidad se impone por sí misma, y aunque no me gustaría que éste blog se convirtiera en un lugar donde comentar las noticias que nos llegan todos los días, ya que se asemejaría a otros mil millones de blogs que seguramente estarán mejor escritos que el mío (muchos de sus autores son periodistas) y perdería originialidad, tampoco puedo darle siempre la espalda al mundo y refugiarme entre mis poemas evasivos cuando lo cierto es que me preocupa la realidad. Tengo conversaciones a menudo sobre lo que ocurre en el mundo con bastantes personas, pero también tengo necesidad de escribirlo. Es por eso que de vez en cuando comentaré ciertos aspectos de alguna noticia, pero visto siempre desde un punto de vista reflexivo. Quizá los sucesos de los que hable no sean los más significativos, ni quiere decir que únicamente ésos me hayan llamado la atención. Simplemente serán los que me hayan inspirado a escribir, así sin más.

Y dejando de lado esta breve introducción, me gustaría comentar la revolución juvenil que está ocurriendo en Grecia. En referencia a la polémica suscitada por el asesinato de un estudiante durante las manifestaciones del pueblo griego, me gustaría mostrar mi repulsión hacia el homicidio, pero quiero dejar claro que ése no es el tema principal por el cual escribo esta entrada (aunque podría).
El objeto de ésta no es otro que admirar la resolución de los griegos a protestar por la injusta situación que están viviendo laboral y social. Y aunque estoy en completo desacuerdo con las acciones de algunos grupos vandálicos, tales como la quema de contenedores y el empleo de la violencia para hacerse notar más entre el gentío, no debe restarse importancia al gran número de manifestantes que se echó a la calle de forma pacífica mostrando al mundo su oposición a que el sistema los trate como a marionetas. Y es admirable su valentía a la hora de protestar porque no todos los jóvenes europeos estamos concienciados de la importancia que tiene rebelarse ante todo aquello que nos parezca injusto y contra un sistema que cada vez más nos está privando más de derechos fundamentales.
Y ésto no ha ocurrido sólo ahora en Grecia. En Francia hace unos años, también los ciudadanos se manifestaron en señal de protesta por la precariedad laboral, sólo que fue en un momento en el que la crisis mundial no había mostrado aún las orejas.

Sin embargo, miro a la juventud española y no puedo sino avergonzarme de pertenecer a ella. El espíritu de rebelión es nuestro país está totalmente mermado. La mayoría de los jóvenes se han acomodado al estado de bienestar y la rebeldía que siempre ha caracterizado a los humanos de relativamente pocos estíos se ha quedado tristemente congelada en la serie televisiva mexicana de Rebelde. El alcohol de los botellones asesina cada fin de semana a millones de neuronas de miles de muchachos y muchachas que se agolpan en los botellódromos de nuestras diversas Comunidades Autónomas y provincias; las pocas que les sobreviven son idiotizadas por la gran cantidad de programas televisivos donde los valores mínimamente morales han sido borrados de la parrilla.
Cuando hay manifestaciones en España, pocos son los que van con un sentimiento de necesidad de rebelión sincera y de deseo de cambiar las cosas. Muchos son los jóvenes que prefieren no asistir a las manifestaciones, y la respuesta mayoritaria ante la pregunta de por qué no van es siempre la misma: ¿Para qué? No va a cambiar nada porque vaya.
Y sinceramente cuando me dan esa repuesta, una palabra me resuena en la mente con total claridad: Imbécil.
Imbécil, porque estamos acostumbrados a que cuando hacemos una cosa, la consecuencia de tal acción sea inmediata. Somo la generación de la tecnología, de la inmediatez. Todo lo que no es rápido es inútil. De modo que actividades tales como leer, escribir, pintar, tocar un instrumento, estudiar, hacer un trabajo -pensar- quedan relegadas a ser sólo cosa de minorías.
Y de éste modo, los jóvenes españoles ante la crisis económica y la situación laboral en España, las cuales nos van a negar derechos como el de tener una vivienda, un trabajo digno, la independencia económica (y por lo tanto también se nos va a negar el tener derecho a formar una familia... que no esté hambrienta y viviendo en la calle, claro) miramos para otro lado. Y cierto, quizá manifestándonos no vayamos a cambiar nada... (desde luego, nada cambiaremos si no lo hacemos), pero al menos exteriorizaríamos nuestro rechazo a que el sistema se esté riendo de nosotros en nuestra cara. Lo más grave de todo es que, no sólo no nos manifestamos cuando se nos avisa de que nos van a joder la vida, sino que nos están jodiendo la vida y nosotros permanecemos inmóviles, apoyando por lo tanto con nuestra pasividad la continuidad de nuestra penosa situación.
Luego está (que esto también es muy triste) las politizaciones de las manifestaciones y el vandalismo como forma de reclamo para que presten atención al mensaje durante las mismas. Que no organicen manifestaciones en contra de la situación el Partido Comunista o las Juventudes conservadoras del PP.. no quieran dividirnos debido a nuestra ideología a los jóvenes, siendo ésta una forma fácil de vencernos y debilitarnos. Que nadie asista a esas manifestaciones. Ante las situaciones de crisis, izquierda, derecha y centro deben permanecer unidos para poder conseguir un mínimo de éxito en nuestros propósitos. Jóvenes somos todos sin distinción.
No seamos, además, tan estúpidos como para liarnos a piedras y a palos en las manifestaciones como si viviéramos en la época de las cavernas. Que sea nuestra voz la que se oiga y no el sonido de cristales rompiéndose y contenedores quemándose (entre otras cosas porque hacer eso es como escupir para arriba y quedarse quieto: esos contenedores y cristales se pagan con los impuestos de los ciudadanos, por lo que estamos perjudicándonos a nosotros mismos). Y sí, sé que para muchos la policía representa la mano de la opresión del sistema, pero atacar físicamente a los agentes de la autoridad sólo puede acarrear problemas al que se lanza ciegamente contra ella.

Es por ésto que admiro a los jóvenes griegos y franceses, y a todos aquellos que de forma pacífica no se dejen amansar por las falsas promesas de que todo irá mejor, que nos quedemos quietecitos en nuestras casas ya que nos ha puesto nuestro amado Gobierno televisión digital con veinte mil canales a cada cual de ellos más estúpido, para que así nos volvamos gilipollas ante la pantalla mientras ellos echan tierra para que no conozcamos los salarios millonarios que cobran a nuestras expensas, ya que no están haciendo nada de utilidad para paliar la situación. Y no sólo me refiero al Gobierno de nuestro país (no me parece de importancia destacar a qué ideología representa, ya que políticos de izquierda o derecha en España son prácticamente iguales, salvo algunas honrosas excepciones), sino a todos los gobiernos occidentales (a los cuales hay que achacarles muchos más males que éste, pero ésos son otros temas) y a un sistema capitalista que se ésta derrumbando por momentos debido a la codicia humana.

Ojalá protestáramos.

Digan lo que digan los Gobiernos del mundo... a pesar de que los españoles permanezcamos pasivos...

Eppur si muove!

Ya hablaré en otras entradas de más aspectos de ésta, mi generación, que marca junto con algunas anteriores y posteriores el comienzo de la degeneración. Ésto tan sólo ha sido la primera parte.




*
La leyenda cuenta que Galileo Galilei murmuró el Eppur si muove (o E pur si muove), que se traduce como "Y sin embargo se mueve", tras abjurar de la visión heliocéntrica del mundo ante el tribunal de la Santa Inquisición. Desde un punto de vista simbólico, sintetiza la tozudez de la evidencia científica frente a la censura de la fe, la quintaesencia de la rebeldía del científico ante las convenciones por autoridad.
Sin embargo en el contexto de ésta entrada, es utilizado para resaltar la rebeldía griega ante el sistema establecido y su negación al inmovilismo, utilizando el sentido simbólico y el literal para ello.


P.D.: Esta entrada fue escrita hace varios días pero no he podido subirla hasta ahora, de modo que la noticia de las manifestaciones en Grecia ya no ocupa la portada de los informativos como antes. De todas formas la situación de injusticia permanece y la lucha de la juventud contra lo establecido es un tema que perdurará siempre... hasta que las personas críticas se terminen. Y entonces el Caos se adueñará de todo (aún más de lo que ya lo hace).


d

14 diciembre, 2008




No es que yo eligiera hacer el Mal,

es que el Mal eligió hacerme a mí.



11 diciembre, 2008

Delirio empírico



La sal se arrastra por los tejados.
Es el almíbar de los vórtices
que crea el caos.

Mi neuroquímica
se desgasta y se frena
en cada viaje de tren que le dedico
a los muertos que están por nacer.

Desangrada por amor,
cubro la arena del camino con hastío.
(Quién iba a decir que la sirena
moriría en la vereda de los besos marchitos).

Mi existencia
se debe a la probabilidad genética,
de ahí que ame las matemáticas.

No me miréis,
que puedo corromper el silencio
con el sonido de quien deshoja sus heridas.

Hoy lloraré por ti,
y por él,
y por todos los caídos
a merced de mi sonrisa.

Soy una coleccionista de cadáveres
entre esmeraldas cristalinas.

La maldad pervive
en mis cromosomas.
Si observas mi estereotaxis
verás el arsénico del que se nutren
mis neuronas,
la belladona y el acónito
que diluyen mis átomos
hasta que los electrones excitados
descarguen la corriente
que tortura mi conciencia.

No sonrías
si se cruzan nuestras miradas.
En realidad me odias desde que existes,
sólo oculto mis eucaliptos
con aroma de manzana.
Tal vez sería una buena pista.

Déjame dibujar espirales
con mi lengua en tu espalda.
Quizá te arranque los fotones del dolor.

Soy elástica, olvídame.

Acaricio el látex
con motivo de hacer viajes astrales
y dejar el sufrimiento
en el plano terrenal.
(Ésas son las únicas veces
en las que cuestiono mi ateísmo).

No te puedo abandonar
porque nunca te dejé laberintizar mi alma
ni arrastrarme en las esferas de cristal.

¿Soy humana?
¡Miénteme!
Hacer estúpida mi existencia
sería deseable.

Visto de negro para que no descubras
mis matices de gris.

Mis dudas.

Dejarlas entrever
sería como lijarme la garganta con un beso.

Mi karma está ensombrecido,
destroza en mil astillas mi destino,
y luego...
mírame si eres ido.
Te aliviaré con mis lágrimas.

La primera de ellas justificará tu alegría,
la dicha de los momentos compartidos.

La última limpiará tu amargura,
diluirá tu estandarte.

...No susurres mi nombre
hasta que me marche...



06 diciembre, 2008

De los celos






"Si le mostramos a un hombre normal

la foto de un grupo de colegialas

y le pedimos que señale a la niña más hermosa

no siempre elegirá

a la pequeña nínfula que hay entre ellas.

Hay que ser un artista,

un loco abrumado por la vergüenza,

la melancolía y la desesperación

para distinguir entre todas al diablillo mortífero.

Y allí está,

no reconocida por los demás

e inconsciente ella misma de su fantástico poder."

(Lolita de Adrian Lyne-1997)







"¡Esta dichosa criatura

se está poniendo imposible!"

(Lolita de Kubrick- 1962)







Tu Lolita





Mi dulce y pequeña niña...


Pensar que eres como las demás me alivia.

Es el refugio del cuerdo que se ha vuelto loco,

del anciano cuando ya no tiene fuerzas

para ser niño.


Libar de mis labios no te reconforta,

te llena de miedos y pesares,

tú, que estás acostumbrada a la luna nueva,

a cambiar el color de tu vida cuando quieres.


Me condeno a mí mismo,

porque aunque fuiste mía,

no eres tan mía como creí que serías.

Tu vida propia me asusta.


Volar contigo siempre es tan dulce...

pero cuando vuelas sola, mis temores se acrecentan

¿no te bastó la jaula de oro que construí para ti?

Querías volar lejos, tanto conmigo como sin mí,

llevar en tu linaje la sangre del viajero

puede ser la maldición que te acompañe en este viaje.


Que continúes escribiendo poemas

sin rima o métrica fija no te hace más libre,

si bien aumenta tu adicción a los versos,

a las odas, las églogas y elegías.


No sabes mirar con los ojos de una arpía,

que te advierten con presteza que peligra tu vida

en cuanto en ellos clavas tus pupilas.

Tal vez seas una amante de Ulises,

sin belleza, contenido, pero con voz

para arrastrar a los barcos de los hombres al abismo.


Si pudiera, alertaría a todos de ti,

bruja cruel y sin corazón

que deja a los navíos del amor a su suerte

cuando en alta mar rasguean sus velas

al avecinarse la tormenta.


Me causa dolor no haber encerrado

en una cajita de metal tu sonrisa

para que se vuelva fría y te devuelva

con sutil indiferencia

todo el sufrimiento que me infligía.


Pero de qué sirve ésto,

si mañana te reflejarás en los ojos de otros hombres

y te olvidarás de que eres un caos mudable

cuando te susurren en la alcoba

las maravillas que les has hecho sentir.


Ángel y demonio,

Lolita insaciable que Kubrick

nunca pudo retratar,

por no alcanzar a su imaginación

criatura tan malvada.


Una vez impresa en un corazón,

nunca dejas de ser amante.

Déjame prevenir a los hombres de ti,

de tu risa, de tu ingenio, de tu astucia...

déjame que te odie, déjame que te quiera,

que te atornille a la cama lastimera

y robarte el corazón, una pulsera,

salivarte hasta que el sol te prenda,

quemar a fuego tu risa,

tu ingenio, tu astucia,

ardiendo en tu propio infierno terrenal

mi dulce y pequeña furcia...







"Me vuelve loco la doble personalidad

de esta pequeña ninfa.

Tal vez de todas las ninfas.

Esa mezcla de una soñadora ternura infantil

y cierta temerosa vulgaridad."








—¿Me has echado de menos?

—Sí.

—Yo no. De hecho, te he sido asquerosamente infiel.


03 diciembre, 2008

Tiempo cíclico





Cada día me muero un poco más.
Siento como pierdo vitalidad.
Me asfixio.
Me asfixio dentro de mi pobre existencia
Dicen que los años no perdonan
Y yo siento como cada vez,
voy haciéndome más vieja.
Vacía de energía,
del hálito vital que me hace ser quien soy.
Demasiadas preguntas
y muy pocas respuestas.
Soledad.
La odio tanto como la deseo.
Y la siento continuamente.
No puedo escapar de mí.
Vago entre mundos tan distintos entre sí
que he perdido aquel al que pertenezco
si es que alguna vez lo tuve.
Soy una partícula desorienteda
de las miles que flotan por el universo.
Hueca, rota, vacía, desterrada,
sin dios, patria ni amo.
Permanentemente incompleta.
Alma aislada que se pierde en el universo,
camino hacia ninguna parte.

Do you know the real consequences?


Poema fechado el 24 de Noviembre de 2007






01 diciembre, 2008

Canción dedicada a ese personajillo que vaga por la residencia, me ofrece caramelos de limón y me hace sonreír aunque esté alicaída, a pesar de tener que limpiar la cocina a conciencia debido a la anarquía establecida por sus otros tres compañeros de piso.

Yeah.