La sal se arrastra por los tejados.
Es el almíbar de los vórtices
que crea el caos.
Mi neuroquímica
se desgasta y se frena
en cada viaje de tren que le dedico
a los muertos que están por nacer.
Desangrada por amor,
cubro la arena del camino con hastío.
(Quién iba a decir que la sirena
moriría en la vereda de los besos marchitos).
Mi existencia
se debe a la probabilidad genética,
de ahí que ame las matemáticas.
No me miréis,
que puedo corromper el silencio
con el sonido de quien deshoja sus heridas.
Hoy lloraré por ti,
y por él,
y por todos los caídos
a merced de mi sonrisa.
Soy una coleccionista de cadáveres
entre esmeraldas cristalinas.
La maldad pervive
en mis cromosomas.
Si observas mi estereotaxis
verás el arsénico del que se nutren
mis neuronas,
la belladona y el acónito
que diluyen mis átomos
hasta que los electrones excitados
descarguen la corriente
que tortura mi conciencia.
No sonrías
si se cruzan nuestras miradas.
En realidad me odias desde que existes,
sólo oculto mis eucaliptos
con aroma de manzana.
Tal vez sería una buena pista.
Déjame dibujar espirales
con mi lengua en tu espalda.
Quizá te arranque los fotones del dolor.
Soy elástica, olvídame.
Acaricio el látex
con motivo de hacer viajes astrales
y dejar el sufrimiento
en el plano terrenal.
(Ésas son las únicas veces
en las que cuestiono mi ateísmo).
No te puedo abandonar
porque nunca te dejé laberintizar mi alma
ni arrastrarme en las esferas de cristal.
¿Soy humana?
¡Miénteme!
Hacer estúpida mi existencia
sería deseable.
Visto de negro para que no descubras
mis matices de gris.
Mis dudas.
Dejarlas entrever
sería como lijarme la garganta con un beso.
Mi karma está ensombrecido,
destroza en mil astillas mi destino,
y luego...
mírame si eres ido.
Te aliviaré con mis lágrimas.
La primera de ellas justificará tu alegría,
la dicha de los momentos compartidos.
La última limpiará tu amargura,
diluirá tu estandarte.
...No susurres mi nombre
hasta que me marche...
5 comentarios:
Quizá es la fuerza de las construcciones lo que me sigue gustando, no estoy seguro.
Un beso.
Hummmmmmmmmm, acabo de leer esto, e irremediablemente tengo la irresistible necesidad de pintar, de crear, más bien de intentar representar, atrapar parte de lo leído; me retiro a mi espacio de pinceles dormidos, a correr, a crear vórtices de acrílico en la plana profundidad de un níveo paraíso en lienzo.
Me gusta, lo escribiste tu?
"Delirio empirico"... Fántastico...
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Todos los poemas que no tienen el autor entre líneas (Ej. -Baudelaire-) son míos.
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