El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu.
Si lo intentas, a menudo estarás solo y a veces asustado.
Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.
06 diciembre, 2011
El final del cuento de hadas, 6 de diciembre.
28 noviembre, 2011
Cambio de planes
21 noviembre, 2011
Sexta convocatoria
02 noviembre, 2011
La falacia de "ser libre para creer"
Yo antes era una hippie de la vida. Había convencionalismos “bienpensantes” que tenía asumidos como mi propio credo. El que encabeza esta entrada era uno de ellos “cada uno debe ser libre de creer en lo que quiera”. Yo estaba de acuerdo con ello.
Hasta cuasi mis doce años me consideré cristiana. Católica no, porque ni comulgaba con la Iglesia ni estaba bautizada.
Luego estuve coqueteando con el budismo, aunque no cuajó.
Fue a los doce años cuando me declaré atea.
Durante los siguientes siete años, me consideré una atea “tolerante”. Es decir, yo no creía en ningún dios, pero respetaba firmemente lo que otros pudieran creer. Yo era atea como otros eran judíos o budistas e independientemente de eso yo debía tratar a todos por igual y nunca poner en duda sus creencias. Esa es otra falacia que se me ha caído con el tiempo “todos somos iguales”(que no quiere decir que todos no debamos tener los mismos derechos, cosa que no se cumple en nuestro país a día de hoy).
Había una serie de cosas que chocaba de frente con mis ideales: yo trataba igual a los demás, pero los demás no me trataban igual a mí. Eso quería decir que un cristiano podía colgar un trapo rojo con un nenuco dibujado que dijera “Dios ha nacido”, pero yo no podía colgar una pancarta que dijera “Dios no existe” en mi balcón sin que me rompieran los cristales. Los amantes de la Semana Santa sí podían ocupar mis calles para ver procesionar cadáveres sangrientos con su correspondiente madre depresiva detrás, pero si yo quería pasar sin otra pretensión que la de llegar a mi casa, me cerraban el paso y me miraban mal si insistía en proseguir mi camino.
Los escándalos de pederastia y abusos por parte de sacerdotes comenzaban a manchar la buena imagen de la Iglesia y resulta que aquellos que pretendían darnos clases de moral a los demás tenían metidos en su propia casa a un montón de criminales. La Iglesia se ponía de parte de los partidos de derechas y, cuando supe algo de historia, me di cuenta del alcance criminal de la Iglesia situándose siempre de parte de los ideales más inhumanos. Luego hubo percances menores, ya se sabe, el que me llamaran hereje con desprecio y me dijeran que iba a ir al infierno. No es que me afectaran a nivel emocional, más bien a nivel cognitivo, al darme cuenta de que los cristianos de pura cepa me miraban por encima del hombro con una superioridad moral que no se sabía de dónde la sacaban.
Pero lo que me hizo responder a los ataques, a dejarles bien claro a cristianos, judíos y a quien se me pusiera por delante que lo que creía era una soberana gilipollez, lo que me hizo dejar de ser una hippie de la vida y dejar pensar que “todo valía” fue algo que me tocó en lo personal.
Mis padres, que no son cristianos, y que en su día me metieron a mí en un colegio católico, iban a hacer lo mismo con mi hermano.
Mi madre consideraba la religión cristiana como inofensiva e incluso como deseable para la crianza de un niño y eso me hizo afilar los dientes.
Miraba a mi hermano y su mente infantil. Yo había sufrido en mi propia piel el creerme las mentiras y las patrañas de la religión para descubrir desilusionada que no había nada más allá. La de horas desperdiciadas rezando, hablando con Dios, y resultaba que no había nadie al otro lado, nadie que velara por nosotros. Como descubrir que los Reyes eran los padres, pero a un nivel emocional mucho más profundo, ya que para los cristianos, la vida gira en torno a Dios.
Yo no quería que la mente de mi hermano fuera absorbida por monjas y pelagatos ni que, si un día conseguía superar el infantilismo moral en el que te sumerge la religión, como hice yo, sufriera el desprecio de los demás por tener una mente abierta y libre.
Pataleé para que mi hermano fuera llevado a un colegio público, pero como no era mi hijo, terminó en un colegio religioso.
Mi madre me dijo aquello de que si mi hermano quería ser cristiano, que lo dejara, que él era libre de creer lo que quisiera. Y yo le repliqué que defendería que mi hermano eligiera lo que quisiera, con tal de que lo hiciera con plena conciencia de lo que hacía, no que le impusieran un modo de ver la vida desde pequeño para que luego tuviera remordimientos si decidía abandonar esa creencia.
La religión, siempre desea acaparar la mente infantil, pues así se garantiza tener soldados fieles y leales que no la cuestionarán al estar arraigada en su mismo corazón. La religión, que desprecia la ciencia y el sentido común, que hace elegir a un niño entre su fe y su razón, llevándolo a que abandone la razón para abrazar su fe. Y recompensa que lo haga.
Todo el mundo puede creer las mentiras que quiera, pero al menos debe tener la oportunidad de darse cuenta de que son mentiras. Un niño no puede y eso hará que, una vez sea adulto, sea incapaz de ver más allá de sus creencias. Por eso, el adoctrinamiento infantil me repulsa.
Un niño no es cristiano, ni budista ni mahometano, como tampoco es de derechas ni de izquierdas, ni sabe con certeza si va a ser médico o profesor. Un niño imita a sus padres, un mecanismo clave para la supervivencia de la especie que, mal usado por la religión, se convierte en un arma para despojar al niño de toda libertad de pensamiento, condenándolo al marco cosmológico cerrado que le toque creer según la religión imperante en el país en el que haya nacido. Y después, desprenderse de él es siempre doloroso y requiere esfuerzo, porque es más fácil pensar que hay un dios que nos cuida, es bello pensar que si nos pasa algo malo habrá un dios que responda por nosotros y que conseguirá que las cosas nos salgan bien.
Eso, entre otras cosas, afecta a la capacidad de responsabilidad del individuo pues, si todo está escrito y pasa según dios quiere ¿en qué lugar deja eso al individuo, mero instrumento de una divinidad?
Además, si la fe es lo único que se requiere para ser bueno, sin pruebas, sólo fe ¿cómo podría estar mi hermano a salvo de otros charlatanes, como los homeópatas, o los médiums, o los anti-antenas, si lo único que se necesita para que esas cosas “funcionen” es creer en ellas? ¿Cómo podría reprocharle yo a mi hermano que se curara un cáncer con homeopatía, si resulta que consiguió su trabajo gracias a dios y no a su currículum?
El adoctrinamiento infantil es un crimen y priva a la humanidad de seres humanos responsables y razonables, de verdaderos científicos, dificultando el avance a escala mundial.
Cada uno es libre para creer en lo que quiera, pero si lo hace, que sea capaz de responsabilizarse de las consecuencias que ello acarrea.
31 octubre, 2011
Halloween y el ombliguismo egocéntrico de la Iglesia Católica
28 octubre, 2011
Canciones relajantes, mejor que un somnífero.
22 octubre, 2011
20 octubre, 2011
¿El fin de ETA?
23 septiembre, 2011
El valor de un profesor. Los recuerdos de una alumna.
18 septiembre, 2011
El mes maldito
26 agosto, 2011
Por qué creo que deberías ir a votar el 20N... y siempre.
Esta entrada va dirigida a ti, posible votante que nunca va a votar o que vota en blanco, con todo mi cariño.
Soy una chica joven llena de sueños como tú, o como tu hermana, o como tu novio, o como tu hija o como tu abuelo, y quisiera contártelos para saber si puedes ayudarme a conseguirlos.
Me gustaría tener un sistema justo, equitativo, democrático, donde fueran los ciudadanos los que decidieran qué es lo que va a pasar con su país. Un país lleno de gente bien formada e informada, que tenga libertad para elegir su propio destino. Creo que esto no sólo es deseable, sino que se trata de una meta perfectamente alcanzable si cada uno pone un poco de su parte.
Esto nunca es fácil, pues todas las personas que vivimos en un país somos muy diferentes entre nosotras y podemos llegar a tener opiniones totalmente dispares. Pero si somos capaces de dejar a un lado las diferencias, podemos centrarnos en aquellas cosas que nos acercan los unos a los otros, en aquellas cosas que, independientemente de nuestra condición, creencia, sexo, edad, orientación sexual, color de piel, de ojos o de pelo, tenemos en común.
Yo quiero un sistema realmente democrático, como dije antes, y me gustaría que me concedas un poco más de tiempo para que pueda expresarte mis ideas.
Sé que probablemente serás muy distinto a mí. Pero trataré de encontrar puntos comunes entre tú y yo y crear un lazo entre nosotros de mutuo entendimiento.
Quizá tus ideas sean anarquistas. A mí el anarquismo me parece una ideología preciosa y creo que sería deseable vivir en un mundo cuyas bases estén asentadas en la bondad del ser humano y la libertad de acción. Sin embargo pienso que la anarquía es una utopía por una razón: creo que va en contra de la naturaleza del ser humano. Si todas las personas fuéramos intrínsecamente buenas, si pudiéramos convivir en paz con nuestro entorno y todos los seres que viven en él, créeme que sería la primera persona en apostar por la anarquía. Y aunque esa anarquía sea posible en ti, en mí, hay muchos millones de personas en este planeta que no son compatibles con ella. Hay seres humanos muy egoístas, crueles, belicistas y por muchos siglos que pasen esto no dejará de ser así, porque llevamos la violencia y el egoísmo en los genes. Lo cierto es que necesitamos orden, necesitamos depositar nuestro poder humano en algunas personas para que el mundo no sea un caos. El universo tiene sus normas y nosotros, como humanos que nos desenvolvemos en él, no estamos exentos de esta necesidad de orden. Quizá el poder horizontal sea posible en pequeños grupos, pero cuando somos millones y millones deja de ser plausible.
Te pido por favor que reconsideres tu derecho a votar, ya que por mucho que no nos guste, vivimos en un sistema democrático con unas normas de juego muy claras y para cambiar aquellas que no te gustan hace falta participar en él. Si no lo haces, es el sistema el que se ríe de ti. El que vota, decide, y el que no, deja que los demás decidan por él. Si eres anarquista puedo considerarte una persona que no elige lo más cómodo ni lo más fácil, una persona a la que no le gusta seguir la corriente. Y eso me parece admirable. Necesitamos personas críticas, con valor para cambiar las cosas y que no tengan miedo de defender sus ideales. Por eso te pido que te atrevas a entrar en el juego, que leas las opciones que los distintos partidos políticos dan y que elijas el que más te guste y vayas a las urnas a defenderlo. Sólo así conseguiremos que nuestro parlamento esté cada vez más lleno de gente realmente elegida por el pueblo. Hay buenas ideas, muchas opciones interesantes por ahí, hay partidos que se han formado hace poco y que tienen sangre fresca y coraje para defender aquello en lo que creen. Busca aquel con el que te sientas más cómodo y dales la oportunidad de entrar en el Parlamento. Por ti, por mí, por todos aquellos que te rodean y que también merecen una sociedad mejor, aporta tu granito de arena.
Si tus ideas son anti-sistema, te diré que a mí tampoco me gusta el sistema actual de capitalismo feroz en el que vivimos. Quiero cambiarlo. Y quizá, como un anarquista, seas una gran defensor de que nadie te diga lo que tienes que hacer. Yo también odio que me impongan actos que no están de acuerdo con mis ideas. Quizá quieras destruir el sistema actual y no instaurar ningún otro, pero te diré que tal cosa nos llevaría a todos al borde del desastre. Somos muchas personas, necesitamos ponernos de acuerdo, necesitamos que alguien acepte la responsabilidad de hacer lo correcto para todos, porque si todos intentáramos decidir a la vez nunca nos pondríamos de acuerdo. Por eso necesitamos una democracia, donde todos tengamos voz y voto. En España tenemos varios partidos políticos cada uno con sus ideas a los que somos libres de votar. ¿Por qué no te informas acerca de sus propuestas? Quizá alguna te interese. Yo te propongo que cambiemos el sistema actual y busquemos uno democrático y justo para todos, donde todos podamos expresar nuestras ideas y decidir qué es lo mejor, pero para conseguirlo necesitamos entrar en el juego de la política y las urnas para lograr que los candidatos que lleguen al Parlamento sean de verdad personas al servicio de la ciudadanía. Un ciudadano bien informado es un tesoro y si te informas sabrás que no yendo a votar estarás colaborando con la perpetuación del sistema injusto en el que vivimos. Si lo odias tanto como yo, si quieres cambiar las cosas, sé más listo que ellos, no te conformes con quedarte en casa y sal a votar. Sal a defender aquello en lo que crees.
Si te quedas en casa porque no te apetece votar o porque la política te resbala, te pido que reflexiones. Tenemos este mundo no porque las personas malas sean demasiadas, sino porque a menudo las buenas no hacen nada. ¿De veras no te interesa lo que ocurre en tu país? ¿No te interesa el sueldo que te pagan, la casa en la que vives, si tus padres el día de mañana no pueden vivir con una jubilación digna, si te tratan en el trabajo como basura? ¿No te interesa tener una sanidad de calidad, que no te traten según tus ingresos económicos en un hospital público sino por el mero hecho de ser una persona que necesita atención médica? ¿No te interesa que tus hijos tengan una buena educación o que tú mismo tengas el suficiente sentido crítico como para decidir qué es lo que verdaderamente quieres y lo que no? El día de la votación dura, eso, todo un día, ¿no tienes unos minutos para ir a votar? Son sólo unos minutos de tu tiempo en el que decides tu futuro y el de las personas que quieres, el de todos nosotros. Sé responsable, por favor, y piensa que un pequeño sacrificio tiene una gran recompensa si lo haces bien. Infórmate de las propuestas políticas y vota la que quieras. Pero no nos dejes en manos de tiburones políticos sólo porque no te apetezca ir a votar o porque pases de la política. Y es que tú puedes pasar de la política, pero la política nunca va a pasar de ti. Eso dalo por hecho.
¿Desencantado con la política? Haz un esfuerzo. Sabemos que el panorama actual es deprimente, pero lejos de venirte abajo por eso, échale un par y trata de cambiar lo que ocurre en nuestro país. Es normal que estés contrariado con lo mal que nos han tratado los políticos en España, pero precisamente por eso no deberías cejar en tu empeño de buscar una buena alternativa que te represente. No, no digas que “ningún partido me representa”. ¿Sabes cuántos partidos políticos hay? Cientos. Sí, conocerás al PP y al PSOE. Con un poco de suerte también conocerás IU, a Equo, a UpyD. ¿Nada más? Venga, puedes hacerlo mejor. Busca más partidos, que los hay (Partido Pirata, Izquierda Republicana, Ciudadanos Cabreados... son sólo unos pocos). El caso es que no dejes que el no votar favorezca a los partidos de siempre. ¿Desencantado con la política? ¡Pues que se note! ¡Réstale votos a los partidos mayoritarios aportando el tuyo! Hazles daño, no dejes que con tu pasividad te lo sigan haciendo a ti.
Si eres una mujer o una persona de clase media o baja, tienes más delito aún si no vas a votar. Cuando se instauró el voto por primera vez sólo podían votar los burgueses, los que eran varones y tenían poder adquisitivo. Ha costado esfuerzo por parte de muchos ciudadanos el que todos los hombres puedan votar sin que se tengan en cuenta sus posesiones o la cantidad de sus ingresos. ¿Y qué me decís de las mujeres, las eternas ciudadanas de segunda, incluso a día de hoy? ¿Conocéis a las sufragistas, a los filósofos que lucharon porque recuperáramos el lugar que nos corresponde? Muchas mujeres murieron o fueron encarceladas por defender el que a día de hoy puedas ir a votar con todo el derecho del mundo. No seas ingrata. Agradece a todos aquellos que lucharon por ti lo que hicieron en su día y ve a votar con la cabeza bien alta.
Si eres de las pocas personas que vota en blanco te felicito por al menos tomarte la molestia de ir a votar. Pero tu estrategia no es nada eficaz. Supongo que lo que pretendes es comunicar que los partidos no te representan y que quieres ver escaños vacíos como castigo. Siento decirte que no vas por buen camino. Si votas en blanco, lo único que consigues es dificultar la tarea de los partidos minoritarios de llegar al Parlamento. Eso significa que estás favoreciendo el bipartidismo de este país y no los estás castigando para nada. Te agradecería que leyeras la siguiente reflexión. ¿Sigues pensando en votar en blanco? Si de verdad quieres castigar a los políticos actuales, dale tu voto a otros. Eso sí les duele. Y si sigues esperando que el Parlamento se quede vacío a base de escaños conseguidos por votos en blanco, creo que debes desengañarte y saber que eso no va a pasar, al menos si eres consciente de los fervientes seguidores del PPSOE que hay en nuestro país. Piensa además que aunque se consiguiera que el congreso y el senado se quedaran vacíos, seguiríamos necesitando que alguien tomara las riendas del sistema, porque somos seres gregarios y necesitamos que alguien nos dirija para ponernos de acuerdo. Finalmente tendrías que votar a alguien, con lo cual sólo estarías retrasando ese momento al votar en blanco. Dale su merecido al PPSOE, no impidas a los partidos minoritarios -que van a ser quienes cambien las cosas y este sistema tan poco justo- acceder al Parlamento. Quítales representación a los partidos mayoritarios, que son los que quieren seguir perpetuando esta situación de injusticia hasta el infinito y más allá. Hazlo por todos nosotros. Ve y vota un partido. Al que sea, pero vota.
Quiero un país con ciudadanos bien formados e informados, que sean conscientes de la importancia de sus decisiones, de que la unión hace la fuerza. Un voto puede no ser nada, pero si hablas con tus conocidos, con tu familia, con tu pareja, con tu círculo de amigos serán muchos votos hechos con responsabilidad y sabiendo lo que hay. ¿Y si todos hacemos lo mismo? A veces un sólo voto es lo que marca la diferencia, nunca lo olvides. Individuo a individuo, las sociedades se ponen de acuerdo y cogen el timón de la Historia.
El 15M los españoles dimos un puñetazo en la mesa y desde entonces los logros ciudadanos han sido cada vez mayores.
Sé un ciudadano responsable, toma las riendas del país, no dejes que los demás decidan por ti, no dejes que te engañen con el voto en blanco o nulo o con el no ir a votar. El deber de todos es estar bien informados. Pasar de la política es pasar de todas las personas que quieres y de ti mismo, porque los políticos nos gobiernan nos guste o no. Sé realista, actúa.
Soy una soñadora y sueño con ello.
Además de mi promesa de ir siempre a votar de forma responsable, este escrito es mi granito de arena.
... ¿Y el tuyo?
23 agosto, 2011
Reforma Constitucional ¿ahora?
Yo, como española, he de decir que estoy bastante consternada.
Creo, como muchos españoles, que nuestra Constitución necesita una Reforma que se adapte mejor a las necesidades de los ciudadanos de este país.
Sin embargo, a pesar de que la necesidad de una reforma es algo que muchos españoles tenemos en mente desde hace varios años, cuando alguien ha alzado la voz en el Parlamento o en la calle, preguntando que cuándo vamos a dar el paso de regirnos por una Carta Magna más actual, los políticos han mirado para otro lado.
Una reforma constitucional no es moco de pavo. No se hace así como así. Hay que ser cauto, porque al más mínimo error, los españoles podemos quedar a merced de una de las mayores chapuzas históricas de nuestro país. No debe tomarse a la ligera.
De pronto, a nuestros políticos les entra prisa por abrir en canal nuestra Constitución para meterle no sé qué ley de techo de gasto público antes de las elecciones.
Digo “no sé qué ley”, porque no sé exactamente a qué se refieren con ello, qué quieren conseguir. Como siempre, se dicen muchas palabras bonitas que nadie sabe a dónde nos llevan, porque nuestros políticos no nos las explican y no contentos con ello, nos las esconden. Y la quieren sacar adelante sin referéndum.
Esa reforma podría ser bienintencionada. Cuando escucho las palabras “limitar el gasto público”, lo primero que viene a mi ingenua mente es: reducir los gastos innecesarios del Estado para que así gocemos de una mejor situación económica.
Eso sería en un mundo ideal.
Pero lo que yo entiendo por "gasto innecesario" no es lo que entienden nuestros políticos. Para mí es innecesario que ellos tengan sueldos vitalicios, vayan en coches oficiales, que tengan diez guardaespaldas y veinte asesores. Es innecesario tener un rey al que nadie ha votado, una familia real a la que mantener. Es innecesario rescatar a los bancos (sobretodo cuando no se rescata también a familias en quiebra o en riesgo de desahucio). Es innecesario dar bienvenidas a jefes de Estado con dinero público. Y un largo etc.
Durante todo este tiempo, sin embargo, mientras el dinero del Estado se invertía en minucias anteriormente citadas, incluyendo varios tomos sobre la Historia de España vista desde un ángulo tan sesgado que podría considerarse un insulto a todos los españoles, y nuestros políticos han aprovechado para subirse el sueldo y para apenas renunciar a unos privilegios que no se merecen... No se han quedado cortos para recortar derechos sociales necesarios como una Educación y una Sanidad de calidad, haciendo prescindibles a miles de funcionarios y llevando a la ruina a miles de familias. Hemos llegado también a los cinco millones de parados.
Viendo el panorama, cuando he leído esto de la Reforma Constitucional me he llevado las manos a la cabeza y me he preguntado: ¿qué pretenden? ¿Limitar los gastos necesarios en Educación, Sanidad etc. aún más y tener además la excusa perfecta de que “Es que según la ley del techo de gasto público, ya no podemos invertir más en ello”, para seguir gastándose el dinero de las Arcas en sus chorraditas de lujo? Porque ya se ha visto que a la hora de apretarse el bolsillo, los afectados somos los ciudadanos, todavía no hemos visto a ningún político en la cola del paro y eso que muchos deberían haber dimitido hace tiempo.
Que el techo de gasto público les afectase a los políticos y a reducir costes en tonterías varias me parecería bien, pero si a día de hoy no se han cortado un pelo a la hora de despilfarrar dinero, ¿qué van a hacer a partir de ahora, guardarlo? ¿Para qué, para dárselo a los bancos por si les hace falta en el futuro? ¿O para seguir gastándoselo en tonterías mientras el país se hunde? Porque creo que los tiros van por esos derroteros.
Resumiendo, lo que me da mala espina del asunto de la reforma constitucional que plantean ahora es:
1.No sabemos en qué consiste ni en qué medida nos afectará a los españoles.
2.Es una ley dictada por los mercados (Y ya se sabe).
3.No han hecho reforma constitucional cuando la hemos pedido, y ahora ¿sí?
4. ¿Ni siquiera nos van a preguntar mediante referéndum si queremos o no la reforma? ¿También nos la van a imponer a golpe de Decretazo?
¿Queremos reformar la Constitución? Pues hagámoslo bien.
Para empezar:
a)Estado LAICO, no aconfesional. (Es decir, el Concordato fuera).
b)España será una República, no una Monarquía (Anacronismos, fuera).
c)Reforma de la Ley Electoral para que el Parlamento represente realmente a todos los españoles. No a la Ley D'Hont.
d)Fueros, fuera. Igualdad para todas las Comunidades Autónomas.
e)Los referéndums no serán meras consultas al pueblo, sino que el Estado estará obligado a llevar a cabo lo que los ciudadanos pidan. Si se vota Sí o No, el Estado no podrá sacar lo que le venga en gana adelante a golpe de Decretazo.
f) Todas las leyes deberán estar sometidas a referéndum.
g) Revisión del Código Penal.
h) Separación eficaz de los tres poderes (Legislativo, Ejecutivo y Judicial).
Vamos, lo que es una Democracia Real. Y suma y sigue.
Mientras la Reforma de la Constitución la vayan a sacar adelante de tan mala forma, yo voy a votar que no se reforme nada. Faltaría más. O se hace bien o no se hace. Que para estar peor siempre hay tiempo. Y como no nos lo quieren explicar...
Tengan miedo, señores, que se acercan tiempos (más) oscuros.
21 agosto, 2011
Entonces... ¿qué es lo que está pasando en el mundo?
18 agosto, 2011
Tiempo para - Mürfila
17 agosto, 2011
Córdoba y yo
Córdoba es mi hogar, mi lugar de reposo, de fantasía, de reflexión. Cuando me siento perdida, nostálgica o simplemente por placer, vuelvo y me reencuentro con ella. Y si bien tanto he renegado de ella, ahora, pasado el tiempo, y consciente de su valor, no puedo evitar volver y abrazarla como hija pródiga que, creyendo ir en busca del paraíso, no encontró algo mejor ni parecido.
Córdoba me arropa, me hiere y me cura, como si tuviera un síndrome de Münchhausen con el que someterme y subyugarme para, al mismo tiempo, elevar mi espíritu.
Y voy paseando por las calles y se llenan de fantasmas.
Esa librería que lleva años cerrada, es donde yo bajaba de vez en cuando sólo por el placer de perderme entre las estanterías de libros, aunque no tuviera dinero alguno para poder adquirir un volumen.
Al lado de la Plaza de la Compañía, delante de mi colegio, me veo con once años diciéndole al chico que me gusta, que me gusta, para acto seguido salir corriendo dividida entre la vergüenza y el orgullo por haberme atrevido a decírselo.
A veces, cuando camino por la calle de la Fundación Antonio Gala, me detengo unos segundos ante la puerta para poco después continuar mi camino con una breve punzada en el corazón.
Entraría en la Biblioteca Central, pero me da escalofríos.
En esas escaleras me sentaba cuando había olvidado las llaves de casa y no había nadie para abrirme la puerta, y entonces me enfrascaba en ensoñaciones mientras la música giraba en mis oídos.
Las noches de soledad, asomada a mi balcón, armada con un cigarro y una libreta y un bolígrafo con el único afán de escribir.
El cosquilleo de verme en bicicleta, hace dos veranos, corriendo por el Gran Capitán en plena huida. Frenazo. Joder. Retroceso. Risas.
Ése es el banco donde más he llorado en toda mi vida. Cuando pensé que, para mí, todo había terminado.
Completamente ebria, subiendo los escalones de mi casa uno a uno, feliz y mareada.
Tenía diez años e iba con patines. ¡Malditas piedras de Tendillas, por poco no me hacen caer!
Mi plaza. Y digo MI plaza porque es mía. Y punto.
Mi primera litrona a los dieciséis años, que casi no me cabía en el cuerpo, y ella riéndose de mis reacciones y yo contagiada de su risa a mi vez, intentando mantener la cerveza dentro de mí.
La calle Rey Heredia, donde vivía la mejor amiga de mi infancia y primera juventud. Nosotras subiendo vestidas de una forma que ahora juzgo ridícula, con un maquillaje y unas minifaldas imposibles, con trece años, dispuestas a pasar un rato en una discoteca de sesión light donde por supuesto no encontraríamos nunca ningún príncipe azul y sí muchos sapos.
Tantos rincones con tantas anécdotas, que me detenga donde me detenga, puedo sentirme tan acompañada de recuerdos, que a veces puedo llegar a sentir una profunda nostalgia. Pero últimamente no. Simplemente paso, recuerdo y sonrío.
Y es que Córdoba me muestra que soy quien soy por todo lo que he sido. Cuando vuelvo a Córdoba no lo hago para encontrarme con ella, sino conmigo.
Ahora sé que ha llegado a formar parte de mí, y que yo puedo dejar Córdoba e irme, pero Córdoba permanecerá en mí esté donde esté.
12 agosto, 2011
Tritanopía
El verde es un color que detesto.
Si fuera verde el color de tus ojos
estaría muerta.
Verde es el color de los celos,
de la envidia,
de las esmeraldas,
del cobre oxidado.
¿Y si yo tuviera un corazón de cobre?
Verde es el color que maldigo
en los semáforos,
que detiene un beso por nacer
o termina uno que ya ha comenzado.
Y le pone los clavos al ataúd,
al ataúd de plata,
al ataúd de cobre,
al ataúd...
La fe, disfrazada de esperanza,
es verde.
Verde que te quiero verde...
pues yo no te quiero.
Yo quiero rojo,
el color de la sangre,
el color de mis labios
y de los tuyos cuando los beso.
Impresiones rojas, casas rojas,
farolillos rojos.
El trigo amarillo, en los campos,
y una amapola que acaba de nacer
roja.
El acelerador, la aguja a ciento diez,
un frenazo y un semáforo en rojo.
Eso es lo que quiero.
Un semáforo permanentemente en rojo.
En rojo, en rojo, en rojo,
en rojo, en rojo, en rojo...
04 agosto, 2011
Astronauta
Quiero que el viaje sea largo.
Creo que voy por el camino correcto
porque aún no veo Ítaca desde lejos.
(Las promesas de las noches de Ítaca
que no puede encontrar el astrolabio).
Quiero quemar el calendario,
contigo dentro si puede ser
en un reloj de péndulo.
Y que marques mis horas
sin recordarme los días.
Sin música, en silencio.
Nebulosa de Orión.
¿Allí planeabas ir?
Cincuenta grados sureste,
donde me pierdo.
Soy una brújula girando
sin encontrar un magnetismo que me lleve
a buen puerto.
Al norte, llévame al norte.
Allí las heridas duelen menos.
Quiero que el viaje sea largo
a través de un laberinto
y sin mapa
a la espera de hallar el punto ciego
del calamar gigante,
un buque sin marineros
y rezar por que la Tierra sea plana.
Colisionar en un viraje contigo,
y pensar que es un accidente
que por encima de tu hombro vea Ítaca
y cuando te marches, desaparezca
entre la espuma y el oleaje
y sólo quede la luz de una estrella muerta
envuelta en un agujero interestelar.
Y una vez perdida en la más absoluta oscuridad,
entre la nada y el vacío,
recuerde con un súbito aliento
que lo importante no era llegar.
Pero entonces será demasiado tarde...
La aguja habrá llegado hasta el final.
03 agosto, 2011
Pesadillas...
Hay personas que recuerdan sus sueños, mientras que otras no.
Yo casi siempre recuerdo por lo menos uno, aunque a veces soy capaz de describir uno por uno, bastantes de los sueños que he tenido a lo largo de la noche.
Mis sueños están plagados, para mí, de interrogantes. Tengo pocos sueños bonitos, algunas pesadillas y con bastante asiduidad tengo sueños delirantes y confusos que no sé qué significan y que para mí son peores que las pesadillas.
Porque una pesadilla tampoco es tan mala. Pasas un poco de miedo unos minutos y en seguida te despiertas.
Para mí, la verdaderas pesadillas son esa colección de sueños inconexos, absurdos y a veces hasta crueles que suelo tener.
He soñado que alguien me perseguía. He soñado que estaba al borde del precipicio. He soñado que viajaba en avión. He soñado que alguien quería destruirme. He soñado con asesinatos y manchas de sangre.
Suelen ser mis pesadillas comunes.
Otras que no lo son tanto... No hace mucho soñé que era una persona con la cara desfigurada. En otra, soñé que estaba atrapada en un tren. En otra, que me perseguía un jinete sin cabeza (exceso de cine, imagino, ésta última).
Delirios absolutos.
Sin embargo, la pesadilla que más miedo me ha dado ha sido una en la que me veía a mí misma entrar en una habitación que pertenecía a alguien que se había marchado en un viaje indefinido y a quien yo quería. Y la habitación estaba casi vacía, con unos cuántos cómics y libros desperdigados en dos estanterías destartaladas, y una cama con la sábana bajera puesta y la almohada, pero nada más. Un olor a pasado y a habitación vacía llena de polvo me taladraba la nariz. Comprendía entonces que esa persona se había marchado para siempre, que nunca volvería a verla, que daba igual cuánto me aferrara a aquella habitación porque el dueño no estaba y no iba a volver. Verme en aquel sueño, agarrada a la almohada de aquella cama, sabiendo que no podía hacer nada para traer al dueño de vuelta y sentir tan claramente la impotencia y la soledad es a día de hoy el sueño en el que peor lo he pasado. Y lo he tenido hace muy poco.
Quizá lo considero tan terrible porque se parece mucho a la vida real. Hay personas y relaciones que por mucho que quieras recuperar, no puedes. Y saber que esto es así me llena de rabia y frustración.
Sin embargo, hay situaciones que sí podemos cambiar. Y es en ellas donde tenemos que actuar. Rendirse no tiene nunca sentido. Por otro lado, hay que saber manejar y cuidar el presente, que tan pronto como se le nombra, se marcha.
Tan frágiles somos, tan frágil es la vida.
Y esta realidad es, ciertamente, mi peor pesadilla.
30 julio, 2011
Súplica al antihéroe
Un disparo.
Una cerveza a mi lado
es lo que me queda.
Distinta a aquella donde se ahogó
¿el amor?
O la ilusión en aquel cuarto de baño
que me recogió
aunque me diera asco.
Como te lo di yo.
Una certeza.
Soy fría y nostálgica,
ardiente hasta la punzada
y tal vez me olvides,
tal vez nunca me recordaste
con tantas ansias como yo a ti.
Me da igual.
Te sangro.
Un suspiro.
Lloro por dentro
aunque por fuera parezca hierática.
Como tú, como tú.
Leo, escribo.
Te pierdes en los horóscopos.
Ya no creo en nada.
Un beso,
un roce con el dorso de la mano.
Para salvar la distancia.
Para salvarme.
Sálvame.
Conviérteme en nada
para aliviar este dolor
de pérdida
de lo que nunca tuve.
Ni tendré.
Injerto
A veces, sólo a veces, me gusta sacar los mapas que tengo guardados en el cajón y buscar aquellas cosas que tuve una vez y que perdí. El mapa, el mapa, me digo entonces, todo debe estar en el mapa. Sin embargo, el mapa está hecho de papel, o quizá de un material mucho menos longevo y con el tiempo los trazos se pierden y ya no puedo volver a encontrar lo que siempre vuelvo a buscar. Quiero un bolígrafo de tinta imborrable. Pero no tengo dinero y los trazos, los trazos se pierden, llevándose irremediablemente trozos de mí.
Y me caerá una tormenta tras estas palabras y yo preguntaré que quién es aquel que no sabe en ellas ver el arte.
Pero las oraciones dulces y envolventes son para otras. Ellas son evocadoras y elegantes. Yo, desde mi rutina bien conocida y desgastada, simplemente es que estoy mal de la cabeza.
28 julio, 2011
Psicología, esa gran desconocida (II). La importancia del Psicoanálisis a día de hoy.
El Psicoanálisis era mi siguiente tema. Controvertido, mucho. Estoy convencida de que aquellos que me toman por una biologicista sin remedio (no lo soy tanto, intento ser razonable) tal vez se queden con la boca abierta.
Quiero hablaros del psicoanálisis no sólo porque, en relación con el post anterior, la hipnosis esté indirectamente relacionada con él (gracias al señor X del metro por alumbrarnos, espero que allá en Argentina le desvelen todos los misterios de la hipnosis y del escáner de personalidad mediante rayos X y que cuando vuelva, si vuelve, nos los cuente), sino porque lo veo atacado a diario muchas veces con más desconocimiento de causa que otra cosa. La última vez que leí algo en contra de él, se trataba de unos vituperios lanzados en cierto blog escrito por una psicóloga que me dobla la edad (y que curiosamente utiliza el apellido “Klein” como un pseudónimo, una tía incoherente como pocas) y que trataba al psicoanálisis igual que lo hacen muchos: como una mera pseudociencia. Como si fuera homeopatia, vaya.
Para comenzar, hablemos del Psicoanálisis puro: El de Freud. Nada de seguidores, aunque algunos tuvieran algún que otro despunte de lucidez.
Freud no era un charlatán barato que se dedicaba a hacerse pajas mentales en su cuarto y a contarlas como si fueran verdad (bueno, sólo a veces). Para empezar Freud era médico, psiquiatra para más señas, tenía amplios conocimientos de neurología y fisiología y su meta siempre fue el revolucionar la psiquiatría con un tratamiento nuevo. Experimentó con casi todo lo que se le puso al alcance, experimentos más o menos discutibles, pero lo que lo obsesionaba era encontrar un método nuevo para ayudar a sus pacientes.
Psicoanálisis son tres cosas: Una técnica para tratar al paciente (cura mediante la palabra), un método de investigación (lo que hizo Freud en la clínica con sus pacientes mediante ensayo y error) y una teoría (que se iba construyendo en cuando el método de investigación iba avanzando, y de ambas se nutría la técnica).
Teniendo eso en cuenta... ¿qué problema tienen las personas con el Psicoanálisis?
***Inciso***
El ser humano solamente es un cuerpo. Todo lo que el ser humano es, tiene un sustrato biológico. Sin un cerebro, el pensamiento no puede darse. ¿Qué es el pensamiento, “la mente”, sino la sinergia de un montón de neuronas interconectadas? ¿Estamos de acuerdo en eso?
El problema que tenemos a día de hoy los psicólogos, psiquiatras y profesionales “de la mente” es que no tenemos ni idea de cómo surge el pensamiento. A pesar de haber encontrado diversas áreas del cerebro que sustentan ciertas funciones mentales: la memoria, la atención, los sentimientos primarios etc., no tenemos ni idea de cómo funciona el pensamiento en sí: no podemos predecir qué ocurrirá en nuestra cabeza a continuación. El cerebro es un órgano vivo que cambia a cada segundo, con cada mínima experiencia que vivimos, ahora mismo vosotros estáis experimentando, sin daros cuenta, una nueva reorganización de vuestro cerebro mientras me leéis: se va amoldando, cambia de forma, destruye sinapsis y crea otras nuevas. Dejad de leer por un segundo. Quedaos quietos. Cerrad los ojos y respirad... y si tenéis la bondad, abridlos de nuevo y seguid leyendo.
Incluso en esa diminuta pausa, ese momento de inactividad, está cambiando vuestro cerebro a toda máquina. Ocurre, repito, cada segundo. Mientras coméis, mientras miráis las musarañas, mientras pensáis, mientras dormís. El cerebro nunca se detiene hasta que acaece la muerte del individuo. Da dolor de cabeza nada más que de pensarlo.
Esto quiere decir que, sin conocer si existe o no un patrón en la destrucción y formación de sinapsis, nunca podremos entender el fenómeno del pensamiento completamente. Para ello habría que ver la vida entera de un cerebro desde que se inicia su vida como ectodermo dentro del útero de la madre hasta que finalmente muere ya formado en un individuo, cosa que no es posible sin matar al individuo y, por ende, sin matar al cerebro. Pregunta y respuesta curiosas: ¿si una persona viviera eternamente, su cerebro nunca dejaría de evolucionar?... o lo que es lo mismo ¿el cerebro siempre, siempre, siempre estaría cambiando y modificándose, sin alcanzar un estado definitivo?; Respuesta: Así es. Mientras dure la vida del cerebro, a la que está ligada la del individuo, el cerebro siempre estará en un continuo trajín, sin detenerse nunca.
Lo que le da la gracia a la vida es eso. Nunca sabremos qué va a pasar a continuación y no hay forma alguna de predecirlo con exactitud al 100%. Ser personas significa no sólo ser un organismo, un cacho´ materia, si se me permite la expresión. Significa que hay algo, una energía que se produce en él que se nos escapa y que nos hace no ser solamente máquinas (el primero que diga “alma”, le meto un tiro). Nos hace ser organismos vivientes y concretamente seres humanos, y siempre tendremos algo de “máquina”(sustrato biológico) y algo de “mágico” (pensamiento ingobernable o vida).
***Fin del inciso***
Teniendo lo que dije anteriormente en cuenta... ¿qué pasa con el Psicoanálisis? ¿Es o no es una ciencia? Y yo respondo... sí y no.
¿Qué cosas se le echan en cara al Psicoanálisis como teoría?
1.Freud veía el sexo en todo.
Cierto es que no todo problema que tenga una persona está causado por traumas sexuales anteriores o recientes. Eso lo reconoció el mismo Freud (aunque le costó). Sin embargo, él quiso transmitir ante todo la importancia del sexo en la vida del ser humano. ¿Recordáis aquello que se daba en Primaria, EGB? “Los seres vivos nacen, se nutren y crecen, se reproducen y mueren”. Mi profesor de Ciencias de la Tierra y el Medioambiente lo resumía así: “Los seres vivos nacen, se reproducen y mueren”. ¿Cuál es el sentido de la vida? Pues parece que estar en el mundo y seguir perpetuando la especie. Lo llevamos en el instinto, en cada uno de nuestros genes. El por qué de que ese sea nuestro sentido en la vida no tenemos ni idea: es así porque somos animales. Los seres humanos tenemos el sexo como mecanismo de reproducción y, teniendo en cuenta el desarrollo de la sociedad, parece que es el sexo y no la reproducción lo realmente importante. Vamos, como decía mi profe de Psicobiología de primero de carrera: Todo lo que hacemos es para follar, aunque no lo sepamos. La lógica es la siguiente (me salto algunos pasos intermedios, pero creo que se puede llegar a la conclusión igualmente):
Yo me peino. ¿Por qué te peinas?. Para estar guapa y ser aceptada en sociedad. ¿Y para qué quieres serlo? Sigue en esta línea, acorrala a tu víctima y llegará a la conclusión de que toda esa aceptación y querer ser atractivo y que los demás te quieran es porque así tienes asegurado que vas a follar.
Yo barro. ¿Por qué barres?. Para mantener mi casa limpia. ¿Y para qué quieres mantener tu casa limpia? Porque me han enseñado que así no desagradaré a la gente y me aceptará. ¿Y para qué quieres que te acepten y no piensen que eres un guarro?
Yo juego al ordenador. ¿Y por qué juegas al ordenador?. Porque así me divierto. ¿Y cuál piensas que es la última función de la diversión? Hacerme sentir bien como individuo. ¿Y qué conseguirás sintiéndote bien como individuo? No tocarle las pelotas a la gente, tener buen humor y, por ende: Una mejor adaptación al ambiente (Con rima y todo).
Yo como. ¿Y por qué comes?. Para estar sano y fuerte. ¿Y para qué quieres estar sano y fuerte? Para adaptarme mejor a mi entorno. ¿Y para qué quieres adaptarte mejor a tu entorno? Para llevar a cabo una serie de tareas biológicas que mis genes me han encomendado: follar hasta morir. (Y si no, pregunten a los del corredor de la muerte qué es lo último que quieren hacer en la vida).
Por lo pronto vemos que Freud le dio al sexo la importancia que tenía en la vida del individuo. Precisamente una incidencia sexual negativa nos abruma tanto porque el tema tiene una importancia vital para nosotros.
2.Freud era un filósofo. ¿Qué es eso de la teoría del Yo, del Ello y del Super-yo? Eso también lo hago yo en mi casa, inventar fantasías.
Freud era un filósofo, pero también era médico y la mayoria de sus teorías tenían bases en la evidencia y no sólo en la mera especulación.
Lo del “yo” está plenamente aceptado por la comunidad científica. “Yo” es identidad. Identidad es el cúmulo de caracteres hereditarios y de circunstancias ambientales que nos rodean; circunstancias ambientales que son interpretadas según el individuo.
Lo del super-yo, son las circunstancias ambientales, las exigencias del medio. Existen, ¿verdad? ¿O tú no tienes una pantalla de móvil -espero que no, porque te vas a quemar la vista leyéndome- o de ordenador delante de tus ojos?
El ello, la parte más controvertida, relacionada con el subconsciente... ¿alguien duda de que existe un subconsciente? Si el subconsciente son todas aquellas actividades cerebrales que subyacen a la consciencia -estado de alerta- (como los sueños), o aquellas de las que no nos damos cuenta que ocurren en nuestro cerebro (la mayoría), efectivamente existe un subconsciente. No es un cuento. Se corresponde con una realidad.
3.Fase oral, fase fálica, fase anal... bla bla bla... Eso no tiene ni pies ni cabeza.
Ciencias como la Psicología Evolutiva están nutridas de Psicoanálisis. ¿Alguien niega que las experiencias tempranas tienen una gran importancia en la vida de un ser humano? Eso lo dice el Psicoanálisis.
Yo estaría de acuerdo con la existencia de una fase oral, una fase genital primaria y una fase genital secundaria. La boca y los genitales son dos puntos de nuestro organismo que nos fascinan y los usamos para movernos por nuestro medio y explorarlo. No en vano, cuando tenemos una pareja y queremos expresarle lo mucho que la queremos o lo muy apta reproductivamente que es para nuestros genes sedientos de sexo, empleamos fundamentalmente la boca y los genitales (y las felaciones/cunnilingus que tantos nos gustan, ¿por qué será?). ¿Que no?
4.Lo de Edipo y Electra, eso de querer follarte a tu padre y a tu madre... eso no es cierto y además es una perversión.
No voy a entrar en rollos morales.
Freud en un momento pensó que las envidias que veía en los niños hacia sus padres tenían algo que ver con lo sexual. ¿Cuántas veces el amor y la sexualidad se confunden? Con esto no quiero decir que los niños quieran follarse a sus madres y las niñas a sus padres, simplemente quieren contacto físico con una persona a la que han nacido para querer. Me imagino que si los niños que conoció Freud eran como cierto primo mío, que siendo muy peque le decía a su madre que “quería hacer el amor con ella”, entiendo que llegara a esa conclusión. Y no miréis raro a mi primo, que por lo visto es más usual de lo que parece.
5.Freud era un machista y aportaba teorías que no tenían por qué ser universales como si lo fueran.
Freud era un tío de su tiempo. Que para ser tan brillante debería de haber sido menos machista, pues mira, pues sí. Debería. Pero recordemos que no ser sexista era una rara excepción y te arriesgabas a ser tildado por tus colegas de homosexual (homosexual, otro grupo que Freud también patalea bastante). Freud simplemente repetía lo que le habían enseñado sus padres y lo llevó a una teoría bastante desacertada. (Ah, y eso de no ser tildado tiene que ver con la aceptación que deseamos como seres humanos. Sexo sexo uh uh).
No todas sus teorías son universales (Edipo), pero algunas sí. Existencia del inconsciente, sueños como revelación de pulsiones, importancia de las experiencias personales en la primera infancia... etc.
6.Los sueños … ¿deseos del subconsciente?
Sí. ¿Cuántas veces no hemos soñado con algo que deseamos? O con algo que nos da miedo, o con algo que ni siquiera imaginábamos que podíamos tener en mente. Cosas que están ocultas en el pensamiento y de las que a veces somos conscientes y otras no. Espeluznante, ¿verdad? A día de hoy sabemos que funciona, pero no cómo.
7.¿Pulsiones? ¿Instintos?
Todos los instintos son pulsiones, pero no todas las pulsiones son instintos. Comer y luchar por el territorio son instintos. La gula y la lujuria son pulsiones, pero no instintos. Las pulsiones son aquellos motivos que nos incitan a actuar o a permanecer en pasividad. Están relacionados con lo que heredamos genéticamente, pero también de lo que aprendemos en sociedad. ¿Tan descabellado parece?
Habrá más cosas que tirar abajo de sus teorías, pero creo que he mencionado las más importantes. Si a alguien se le ocurre alguna otra, podemos discutirlo.
¿Y qué pasa con “curar a través de la palabra”?
Lo que antes se conocía como Psicoanálisis... ahora es Psicoterapia. Psicología cognitiva, ciencia pura y dura (aunque luego haya otras vertientes, es la que más fuerza tiene ahora mismo). La Psicología Cognitiva viene a decir a grandes rasgos en su correspondiente Psicoterapia, que si un pensamiento (cognición) no te satisface, debes sustituirlo por otro que te convenga más. ¿No es eso lo que hacía el Psicoanálisis? Analizaba al individuo para que él mismo se diera cuenta de qué es lo que fallaba en su modo de pensar y actuar y el por qué había llegado a ser de ese modo. El pasado nos condiciona y forma parte de nosotros. El Psicoanálisis le daba mucha importancia, no conviene olvidarlo.
El Psicoanálisis ha alimentado a muchas ciencias, ha conseguido mejorar la calidad de vida del ser humano y a día de hoy es válido para algunas personas en su forma más pura. Válido para esa parte que se “separa del cuerpo” y tiene que ver con la personalidad, con la identidad, con el yo.
La Psicología dinámica, hija directa del Psicoanálisis, ha conseguido uno de los tests más fiables en cuanto al análisis de la personalidad: el test de Rorschach. ¿Cómo una pseudociencia puede conseguir un método válido? Si lo ha hecho, tan mágico no será, ¿verdad? Los tests proyectivos, como otros que no lo son, pueden ser más o menos fiables, pero está claro que si el Psicoanálisis estuviera completamente equivocado no hubiera “parido” un método fiable.
Lo que ocurre es que el Psicoanálisis incide en el pensamiento, en esa parte de nosotros que nunca podrá ser analizada de un modo completamente científico. Podemos inferir y el Psicoanálisis infiere. Ha cambiado de nombre en la actualidad, ya no se llama Psicoanálisis, pero en su día forjó las bases para algunas de nuestras nuevas ciencias, bases que no estaban del todo equivocadas pese a los intentos casi sangrantes de desprestigiarlo. Darwin en un principio no sabía nada de genética, y sin apoyarse en ello, consiguió sacar adelante la Teoría de la Evolución. Así mismo, probablemente no sabemos a día de hoy cómo funciona el inconsciente, tal vez nunca sepamos cómo trabajan nuestros pensamientos, pero esperamos que a través de inferencias y de unos conocimientos que deseamos algún día alcanzar, seamos capaces de, si no comprenderlo completamente, saber cada vez más.
El Psicoanálisis como teoría, dijo cosas que eran ciertas. Como técnica, sirvió para crear nuestra Psicoterapia actual, la cual consideramos científica. El método de investigación sigue usándose a día de hoy.
No lo categoricéis como “pseudociencia” y os quedéis tan tranquilos. Psicoanálisis es muchas cosas. Y algunas de ellas funcionan y está demostrado que son así. Decir que el psicoanálisis es una pseudociencia es como decir que el evolucinismo darwiniano (que no el neodarwinismo) lo es, sólo porque el evolucionismo darwiniano no incluyera los posteriores descubrimientos de genética.
Démosle al Psicoanálisis el respeto que se merece, así como a Freud. Nos os creáis lo que dicen en las películas. Dejad de lado las imágenes de viejos locos que se os vienen a la mente al hablar de un psicoanalista. Iros a las fuentes. Freud tuvo intuiciones acertadas y el Psicoanálisis forma parte de nuestra ciencia actual, sólo que con otros nombres.
Y estoy a la espera de vuestros comentarios. Tranquilos, prometo que no os voy a psicoanalizar.
PD.: En cuanto a la hipnosis, me comenta un colega que a día de hoy no está todo dicho. Me lo creo ¡hay tanto por investigar!. La hipnosis sirve como técnica para conocer al “yo”. No cura ninguna enfermedad el ser sometido a hipnosis, pero ayuda a mejorar el bienestar del individuo al comprenderse mejor a través de ella (aunque no debe ser utilizada de normal y de continuo, sólo sería útil en algunos casos que sepamos a día de hoy y siempre con fines terapéuticos en el tratamiento de algunas fobias y neurosis) . No en vano, estar sano ya no es sólo ausencia de enfermedad, sino que como dice la OMS en su definición, la salud a día de hoy se entiende como : estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente ausencia de infecciones o enfermedades ligeras, fuertes o graves . Y es en ese estado ideal biopsicosocial donde la Psicología y todas sus ramas tienen mucho que decir.