28 febrero, 2011

¡Preguntas, preguntas!

Ando frenética desde hace unas semanas. No dejo de pensar en todo lo que tengo que hacer. La semana pasada fue bastante burocrática, arreglando papelajos y descansando más bien poco. Lo del Erasmus a Noruega me tiene sin dormir, dándole vueltas y vueltas a cómo voy a hacer una locura como ésa. Porque claro, yo no podía ser normal e irme de Erasmus a Inglaterra, Francia, Alemania o Italia. No, yo me largo a Noruega. Aún recuerdo el cosquilleo de excitación cuando vi que me ofrecían ese destino y cómo lo elegí en un impulso que me vino de no sé dónde. También elegí Tallin, donde ya he estado, que queda en la otra punta de Europa, al lado de Rusia y concretamente en Estonia. Lo que yo decía, que soy atípica hasta para ser una Erasmus -bueno, eso y que ya he estado en Inglaterra, Francia, Alemania e Italia... varias veces en cada una... y en otras ciudades europeas que ahora no vienen al caso-.

Tengo ganas de ir a una de esas malditas reunioncitas que hace la Universidad para los Erasmus y así acribillar a preguntas al pobre que me pongan delante.

Lo del Autismo me tiene también bastante centrada -venga, a ver quién es capaz de ver el chiste de esta frase- y con el comienzo del nuevo cuatrimestre estoy que trino. Además tengo 3 gatos que preparar para el viaje a Noruega: cartilla de vacunación, análisis, chips, vacunas... Y encontrar un piso, que es otra de las cosas que me quitan el sueño.

Esto es elegir la vida en Modo Experto.

Si el estrés no me mata, lo hará el frío.

21 febrero, 2011

El pequeño Jack sigue buscando hogar



Jack sigue esperando a que alguien se fije en él. No es un gato cualquiera. Es elegante, inteligente, tiene bastante temperamento y es un poco gruñón. Sin embargo, si te lo ganas ronronea que da gusto. También es muy comunicativo, maúlla para pedirte lo que quiere y se muere de ganas por jugar. Se lleva bien con otros gatos, aunque le cuesta un poco adaptarse a ellos. Es negativo a leucemia e inmuno. Se entrega desparasitado, esterilizado y con contrato de adopción.




Tiene pinta de bribón, así que el nombre de Jack Daniel's le viene que ni pintado.



19 febrero, 2011

La rutina de Marlene

Y aquí nos ves, hechos trizas. Drogados a base de humo y cenizas, de canciones que emergen en silencio desde el profundo abismo de nuestras sinapsis, mientras un gato sarnoso se pasea por la mesa olisqueando nuestra pequeña colección de licores de sobremesa. Y poco nos importa.

Él está sumido en sus letras y yo apenas alcanzo a verle por el denso humo que nos envuelve. Antes nos sentábamos juntos. Sin embargo, dejamos de hacerlo hace tiempo y ahora nos sentamos enfrentados y separados por una mesa. La firma de nuestra derrota.

A menudo me extasío en fantasías imposibles. Sueño con que un hombre nuevo –el mismo hombre con el que estoy, pero nuevo… no sé si me entienden y no espero que lo hagan- me saca de aquí y me lleva muy lejos. Que bebemos y fumamos a copas y manos llenas, hasta terminar en una cama donde nos sorprenden las primeras luces del alba. Soy una romántica, lo sé.

Y es esta escena de decadencia y vacío una escena romántica. Donde él se refugia en su máquina de escribir y yo me encierro en mis pensamientos y no dejo de preguntarme qué será lo que él anda escribiendo. Ningún poema de amor, seguro. Escribirá una larga y penosa historia, o un poema amargo y desleal, en el que dirá cuán desgraciado se siente con su vida y conmigo, y cuando yo le pregunte el por qué de esa inspiración, me negará lo evidente y me dirá que no todo lo que escribe es autobiográfico.

Cojo el periódico que compré hace dos semanas y le echo una ojeada. Este es el tipo de gesto que distingue a un lectorzuelo cualquiera de un verdadero lector. De un lector adicto y compulsivo. Leo por puro vicio. Me da igual que ya sepa lo que pone en esas páginas. He abierto ese periódico varias veces en estos días, unas dos veces diarias, porque la mayoría de mis libros se encuentran exhaustos y ahítos de tanto quemarlos con mis retinas. Y, al fin y al cabo, este periódico sólo tiene dos tiernas semanas.

Mi compañero se levanta y se dirige al cajón de uno de los muebles de la entrada, de dónde saca otro paquete de cigarrillos. Ya no soporto su compañía. Ni él la mía. Nos hemos agotado hasta la extenuación. Con este gesto sólo me demuestra su amor por la frivolidad. Siempre odié la jodida frivolidad y él es la persona más jodidamente frívola que conozco.

Me asquea el mero pensamiento de la cantidad de humo que ahora mismo estará invadiendo su garganta y sus pulmones. Nunca le encontré la gracia al alquitrán. Preferiría chupar cualquier otra cosa. Soy así de zorra, qué le vamos a hacer.

Cuanto más le miro, más cuenta me doy de todo lo que le aborrezco. Fuimos dos ángeles en su tiempo y en lugar de dedicarnos a volar, nos arrancamos las alas mutuamente, con saña y regocijo, hasta agonizar de dolor y revolcarnos por el suelo en nuestra propia sangre.

Así es el amor, que no os engañen. Una jaula sucia en la que sólo puedes esperar morirte poco a poco y, con algo de suerte, pillar la rabia o pudrirte de cáncer.


17 febrero, 2011

Cuando ser un moderno antisistema te convierte en gilipollas

Como bien sabéis, y he repetido hasta la saciedad en este blog, si hay algo con lo que no puedo es con la estupidez.

Existen muchas clases de estupidez, algunas tan antiguas como el ser humano. Sin embargo, a mí me preocupa una nueva forma de estupidez que se está propagando por las poblaciones humanas a marchas forzadas. Se trata de una especie de ideología new age antisistema que no es más inteligente que aquella otra que nos venden los gobiernos y las grandes empresas para tenernos atontados.

Podría hacer una entrada sobre esto, pero creo que me centraré en el motivo por el cual me he animado a escribir.

Veréis, estoy suscrita al periódico Público en Facebook, al igual que estoy suscrita a otras fuentes de información. Pues bien, hoy al iniciar mi rutina diaria de leer las noticias del día me he encontrado con esta noticia en el anteriormente nombrado periódico.

“Tráfico promoverá que los menores puedan conducir acompañados.” El menor tiene que tener aprobado el test teórico y haber dado al menos 20 clases prácticas.

Podría comentar que esta decisión me parece un auténtico atropello, además de resaltar los intereses económicos que están detrás de esta medida, pero no he venido a proclamar mi opinión sobre ello, sino a mostrar mi estupefacción ante un comentario hecho por un tal David Díaz.

El comentario vino al punto de que algunas personas, yo incluída, nos manifestábamos en contra de esta medida porque nos parece irresponsable.

Su comentario fue éste:

“Pareceis borregos hablando. Os guiais segun salen las noticias en televisión, la mayoria en estos momentos de los accidentes de tráfico estan causados por adultos de mas de 30 años. Osea segun vosotros tienen el deber de trabajar aportando dinero al estado pero no tiene derecho ni votar ni conducir, conduciendo podrian optar a mas puestos de trabajo, ya que hay bastante en el que el carnet de conducir es necesario. La mayoria de los chavales de 16 años son mas inteligentes y mas espavilados que cualquiera de los que andais por aqui diciendo burradas y frases sin sentido. Osea que un joven comete un crimen, sale la noticia en televisión durante meses os comen el cerebro y ya todos los jovenes son criminales, super inteligente por parte de un adulto el ir generalizando, aprende de los demás paises que nos llevan 200 años de ventaja.


Amén de las faltas de ortografía como “espavilados”, “osea”, la escasa utilización de tildes y la mala redacción, hay que ponerle a este muchacho los puntos sobre las íes.

En primer lugar, lo cierto es que me esperaba que la gente estuviera a favor de esta medida y afortunadamente no ha sido así. Es extraño que la gente se manifieste con responsabilidad en nuestro país de forma más o menos mayoritaria. ¿Porque el rechazo a esta medida sea más o menos unitario quiere decir que somos borregos? Yo creo que sería más de borregos aceptarla sin más, sin tener en cuenta las consecuencias que se derivan de ella.

El cerebro de un muchacho de 16 años no tiene la maduración suficiente para conducir un coche o para votar. No lo digo yo, lo avalan varios estudios en neurobiología y psicología evolutiva. Si se rechaza el que un muchacho de 16 años pueda votar es porque la corteza prefrontal, aquella que se encarga de la toma de decisiones, el área que básicamente nos hace responsables, no completa su desarrollo hasta los dieciocho años o más. Sólo con esta primera investigación estaría más que justificado que un chico de 16 no coja un coche ni vote. Pero es que además, el área visual-espacial tampoco se encuentra del todo desarrollada. ¿De veras queremos tener más accidentes dejando que los críos conduzcan?

No sé los demás comentaristas, pero personalmente no veo la televisión así que les resulta difícil “comerme la cabeza”. Leo varios periódicos y varias revistas de investigación, por lo que creo que puedo formarme una opinión propia y soy lo suficientemente inteligente como para ver más allá de lo que un periodista quiere contarme –afortunadamente me gusta escribir y nunca dejo de aprender sobre el lenguaje y sus artimañas-.

Estoy de acuerdo en que otras ciudades europeas nos llevan años de ventaja. La mayor ventaja que nos saca Europa es la educación. Una educación que aquí en España no poseemos. De modo que a un muchacho español de 16 años no hay que darle un coche, hay que darle pautas y una educación basada en la responsabilidad y el respeto. No hace falta ver la televisión para ver a la juventud española y lo idiotizada que está. Esto no lo digo ahora, con 20 años, que se supone que ya “soy mayor”. Tengo poemas con 13, 15, 16, 17, 18, 20 años, quejándome de esto y en este mismo blog tengo entradas sobre el tema. Nuestros jóvenes no son criminales, señor David Díaz, son directamente imbéciles –dejando una muy minoritaria porción, por supuesto, al margen-. A un imbécil, ya tenga 16, 25, 47 o 95 años no hay que dejarle un coche sin que antes comprenda algunas cosas. Puede que esos imbéciles de más de 30 años que provocan accidentes en las carreteras fueran jóvenes que a los 16 cogían el coche porque su papi se lo dejaba y conducían por ahí sin carnet –y me consta, porque los he visto en la autoescuela, que los hay a montones-.

Un chico con 16 años no tiene que conducir ni que buscar trabajo, tiene que formarse. No, no necesariamente con una carrera universitaria ni con un bachillerato. No todos estamos hechos para eso y esa es una realidad. Pero que se formen en lo que les gusta, hay muchos módulos en los que aprendes una profesión. Así evitamos tener albañiles, fontaneros… con 16, 18, 20, 25 que no tienen ni puta idea de albañilería, fontanería… ni de ninguna otra cosa. Así es como se evita el analfabetismo.

Eso que pones en nuestra boca de que los chicos de 16 “tienen el deber de trabajar aportando dinero al estado” lo has dicho tú solito, pues no he leído eso en ningún comentario.

Y perdona que te diga, David Díaz, pero no creo que haya muchos chicos de 16 años demasiado inteligentes a juzgar por sus comportamientos los fines de semana –y entre semana-. Habrá unos cuantos que sí tienen la cabeza bien puesta, esos que terminan de formarse, se sacan su carnet del coche a los 18 o algo más tarde, y que saben que espabilado se escribe con b y no con v.

Se ve que tú no fuiste un chico inteligente -ni lo eres ahora, salta a la vista nada más que leyéndote- así que es normal que vivas en tu mundo hippie donde hay que destruir el sistema, acabar con las empresas farmacéuticas que son el diablo a favor de la homeopatía y dejar que los niñatos de 16 vayan por ahí con BMWs.

Y a pesar de todo ello...seguro que conduces, ¿a que sí?


Tim Minchin, el genial músico y comediante australiano luchando contra otros hippies anti-sentido común.


15 febrero, 2011

Espinas sin rosas y sin vinagre

Iba caminando con un paraguas que no era el suyo y con un libro fuertemente agarrado en la mano derecha. Posaba los pies en el suelo con decisión y de forma rítmica, como si no tuviera miedo a nada de lo que existía a su alrededor. Sus viejas botas hacían un curioso y agradable ruido al contacto con la grava húmeda y el asfalto. Llevaba el abrigo azul marino desabrochado y los ojos entrecerrados, deslumbrados por la luminosidad de un día nublado salpicado de nubes negras que estiraban sus algodonosas garras sobre un cielo que amenazaba llover en cualquier momento.

Pero a ella no le importaba y eso que el paisaje era desolador.

La mayoría de los edificios que la rodeaban sólo eran un puñado de escombros. Había algunos antros de mala muerte donde los drogadictos iban a tomar café mientras los viejos clientes del bar leían el periódico con despreocupación. Ella pasaba sin inmutarse por delante, apenas dedicándoles una mirada de soslayo.
Los negocios se ubicaban en derredor, anunciando sus productos en carteles oxidados y mal pintados que se caían a pedazos. Ella seguía caminando, impasible a las miradas de los obreros, de los carpinteros, de los oficinistas. Se reflejaba en los escaparates de los supermercados y, dejando entrever sus dudas, miraba su imagen reflejada mientras se preguntaba si no vestiría de una forma demasiado llamativa. Llamativa para estar en una ciudad apocalíptica y medio derruida, claro.

Siguió caminando hasta encontrar un desguace de coches al lado de la calzada. Se detuvo. ¿Habría algo de valor escondido en alguno de esos coches? Le bastaron unos segundos para comprender que los habitantes de la ciudad ya lo habrían desvalijado hacía tiempo y que ahora sólo quedaban carcasas de vehículos a los que no se le podía sacar ninguna utilidad más.

Siguió caminando hasta que encontró una taberna que había sido fundada en 1936. La taberna era más antigua que ella misma. Un edificio rojo y blanco, sorprendentemente bien cuidado con un farol a su entrada y un cartel que rezaba “El mejor vino con pasas”.

No se lo pensó dos veces y entró.

Si había que pasear por el infierno de lunes a jueves, la escasez de vino no era una opción viable, desde luego.

Y es que el apocalipsis, como cualquier desgracia en la vida, ya sea a escala macroscópica o microscópica, canina o humana, vegetal o mineral… siempre es mejor pasarla con vino. Y si está caliente, mejor.

¿Por qué hay que combatir la homeopatía?

... si no hace daño a nadie... (suelen decir).

Bueno, decidme... ¿os gustaría que os atendieran en urgencias así?

14 febrero, 2011

Diario de Autismo de la Bruja Novata (III)

A Fígaro le gustan los rompecabezas. Quién iba a decir que, con la mera idea de jugar con rompecabezas, Figaro abandonaría su amado ordenador para sentarse conmigo y ponerse a jugar.

No sabéis cómo se reía. Yo era incapaz de juntar dos piezas mientras que él, con gran resolución, hacía girar los cubos ante mis ojos buscando la combinación correcta. Se sintió realmente satisfecho cuando terminó mientras que yo me dividía entre la alegría y la estupefacción.

Le puse un vídeo de los Tweenies. Sí, lo sé. Yo también los odio. Son histéricos, sus colores chillones te hacen llorar los ojos, son ruidosos y estúpidos, y tienen tanta energía y son tan felices que estoy convencida de que se chutan algo. Además, tener un hermano pequeño que te los ha hecho tragar por activa y por pasiva también influye. Pero a él le encantaron. Puso varios vídeos suyos de Youtube que se tragó enteros. ENTEROS. Eso no lo había hecho jamás. Perdía la paciencia con los vídeos y los adelantaba. Pero se ve que los Tweenies tienen algo que llama la atención. No sé si será su comportamiento cocainómano o los colores de LSD con los que está decorada su casa, pero desde luego no dejan a nadie indiferente.


10 febrero, 2011

Un gatito que busca hogar


Saludos. Hoy quiero enseñaros a un gato muy especial. Es un macho de 7 meses cruzado con siamés. Lo recogimos en estado de desnutrición y ahora se está recuperando. Está sano como un roble, ha dado negativo a los tests de leucemia e inmuno. Fue abandonado por su familia y necesita un hogar en el que se lo vaya a cuidar de por vida. Es muy cariñoso, curioso y ronroneador.

Si queréis ser su familia o sabéis de alguien a quien le gustaría, por favor, ponéos en contacto conmigo.

Gracias y, por favor, difundidlo. Es un gato estupendo y necesita una familia.

08 febrero, 2011

Nuevo blog

Sí, acabo de terminar los exámenes y no puedo estarme quieta. Con motivo de mi próximo Erasmus a Trondheim, Noruega, he habilitado un nuevo blog: "Eir de Erasmus en Trondheim". Como curiosidad añadiré que Eir es una diosa de la medicina, la botánica y la resurrección en la mitología escandinava.
En él iré escribiendo mis experiencias, subiendo fotos, haciendo pequeños estudios psicológicos/antropológicos de la población correspondiente, aprendiendo noruego y muchas, muchas cosas más.

Un cordial saludo.


05 febrero, 2011

Erasmus


Me voy de Erasmus a... Noruega. ¡He conseguido la beca que quería!


Concretamente, aquí:



Ya os iré informando...



03 febrero, 2011

Reivindicación


En su día me dije que ser ciudadana europea era una suerte.

Teníamos Historia, Ciencia, Arte… Cultura;

parecía que habíamos aprendido de nuestros errores

y que ahora la situación no podía sino mejorar.


Cuánto me equivocaba.

Parecíamos colibríes, y en lugar de volar hacia delante

volábamos hacia atrás, sin tener siquiera sus vistosos colores

para podernos consolar.

Vivíamos tiempos en los que el dinero, la ineptitud y el consumismo

se habían apoderado de nuestras almas, cada vez menos humanas

y más instrumentalizadas, a favor de una multinacional barata

que extendía sus alas sobre el corazón de la multitud

y conseguía hacerla llorar.


Pasivos, recluidos en horarios de ocho horas,

nos hacían suplicar por un billete más.

Qué desvergüenza, vender nuestra humanidad

a cambio de la paga extra de Navidad,

sin tener siquiera un contrato que nos garantizara estabilidad,

un seguro médico o un marco de legalidad.

Sobreexplotados, humillados, amargados,

y todavía llorábamos clamando por el dinero,

diabólico invento para podernos manejar.

¿Y qué conseguíamos a cambio?

¿Un coche que pagar en cómodos plazos? ¿Una hipoteca a 50 años?

¿Más dinero que gastar en inútiles trastos?

Y a este sistema lo llamaban neoliberal, no se sabe bien por qué broma macabra

ya que nunca como hasta ahora la esclavitud había sido

tan difícil de abolir y tan fácil de instaurar.


Y ni un reproche.

Mirábamos desde nuestros televisores el genocidio de Gaza,

los crímenes de Berlusconi,

las revueltas en Egipto, y todavía algún gilipollas

mentaba no se qué de las pirámides

y en las calles se rumiaba “qué locos están”

y no movíamos ni un dedo.

¿Para qué –pensábamos- si el daño ya estaba hecho?


La clase media exterminada, engrosando las listas del paro.

La clase alta aumentando y nuestros políticos a manos llenas

les robaban a los pobres el pan.

Qué calamidad, ahora el pensionazo:

cotizamos 35 años y ellos en 8

¡todo solucionado!

Vamos a tener que resucitar a los muertos para trabajar.

¿Y dónde coño están los sindicatos?

¿Por qué hacen una parodia de Huelga General?

¡Si son los primeros que nos privan de nuestros derechos!

Jodidos vendidos sin moral…

¿Y los jóvenes…? ¡Fuera del país!

Eso sí: los tontos que se queden,

que con gente lista no podemos seguir

dándonos la gran vida.

Así que Gran Hermano 24 horas

y los ni-nis en pandilla.


Y ante este panorama ¿qué hacer?

¿Reír? ¿Llorar?

¿Entrar en el parlamento a masacrar?

¿Emigrar?

¿Crear un nuevo Estado?


Yo no soy de las que miran hacia otro lado.

Así que con mis libros en la mano

y una actitud crítica para variar,

lanzaré cien mil espumarajos que digan:

consumir y morir

o vivir y luchar.


01 febrero, 2011

Diario de Autismo de la Bruja Novata (II)

F. va a ser Fígaro. No me gusta hablar de las personas por sus iniciales, de una forma tan impersonal.

Día 1

Entro en la habitación de Fígaro y lo primero que hace es darme un abrazo. Está en el ordenador, poniendo vídeos en Youtube. Me fijo en que Fígaro gira la cabeza hacia el lado opuesto al que me encuentro.

-Fígaro, ¿te da vergüenza?

-Sí.

-Pues no debes tener vergüenza. Soy tu amiga y he venido a jugar contigo.

Esta conversación se repite un par de veces hasta que deja de girar la cabeza y la centra en el ordenador.

Pone un vídeo una vez, y otra vez y otra vez. Intento ver qué es lo que le llama tanto la atención del vídeo, qué es lo que le hace gracia.

Al final, los dos vídeos que más repite es uno en el que sale una mujer gritando y otro bastante paranoico en el que a un chico le entra por una oreja una serie de cosas tales como un pollo y varias personas.

De modo que intento ponerle música y aquí veo cómo él asocia las cosas en su cabecita. Le pongo a Mozart. Acapara su atención durante un rato y luego él pone un vídeo de "el conciertazo", Tchaikovsky. Trato de ponerle la canción de Jailhouse Rock de Elvis Presley, pero él la quita y pone The Beatles. Me quedo boquiabierta porque no esperaba que él hiciera tales asociaciones lógicas... y menos aún que conozca a los Beatles.

Luego le pido que juguemos a la Oca. Sólo resiste una partida, en la que le voy preguntando por los animales que hay en las casillas donde cae su ficha y la mía, y después se aburre y me indica que no quiere jugar más apartando el tablero.

Vuelve al ordenador y, para no volver a la repetición de vídeos, le digo que ponga un juego. Y, efectivamente, Fígaro pone un juego... de Sonic. Y encima, resulta que es un fiera con el juego. Mis ojos... como platos. A continuación pone un juego de puzzles... y los completa.

Me doy cuenta de lo mucho que he infravalorado su capacidad lógica y su capacidad de asociación.

Al fin y al cabo Fígaro es autista, pero de tonto no tiene un pelo.

Terminamos dibujando en el Paint de Windows. Fígaro dibuja cosas incomprensibles para mí, de modo que le pregunto que qué es lo que dibuja. "Botas y serpientes", responde. Efectivamente, Fígaro dibuja cosas que se asemejan bastante a eso.

Y de pronto, Fígaro no es Fígaro, sino el Aviador de El Principito. Y entonces, yo me alegro de no ser lo suficientemente mayor todavía para confundir boas con sombreros.