26 agosto, 2010

Otoño de Incertidumbre

¿Sabes? Los otoños ya no son tan melancólicos. Si acaso agobiantes, llenos de cosas por hacer. Además, la caída de las hojas se retrasa; y Octubre y Noviembre se convierten en unos meses más del verano, en los que todavía puedes ir en manga corta por la calle y armarte con un abanico para espantar el calor.

El otoño ya no me sabe a despedidas ni a reencuentros. Es solo eso: caída de las hojas con retraso. Descenso en picado de mi paciencia; frenesí, incertidumbre.

Sobretodo, incertidumbre.

Parece que apuesto por los otoños de Heisenberg.



Puede que las redes traigan
cuellos rotos, negras plumas de cormorán,
que tiemblen los semáforos,
las radios callen y se derrumbe la ciudad.
Puede que te saque de mis brazos
tu marido o el despertador,
que te interrumpa el desayuno
el vuelo de un B-52.

Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así
y encuentres el mercurio
de mi voz empapando tu contestador,
y florezcan los olivos en el valle de Hebrón.
Puede que te queme el hielo,
o la luz del televisor.

Puede que te cite el parlamento
y decrete el blanco y negro,
que sonrían ángeles heridos
en la sección de sucesos,
que alimentándose de humo
se quiebre cual cristal esa mujer.
Que trepe una serpiente
por sus piernas infinitas. Puede ser.

Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así.
Quizás banderas blancas
tu habitación alumbren
y mi amor esté cerca
y los dioses duden.
Y este sea un buen principio,
principio de incertidumbre.
Puede que te salves. Puede
que amanezcas conmigo
y las espadas se entierren.

Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así
y encuentres el mercurio
de mi voz empapando tu contestador,
y florezcan los olivos en el valle de Hebrón.
Puede que te queme el hielo,
o la luz del televisor.
Una posibilidad existe
de que amanezcas conmigo
y los cañones se oxiden.

20 agosto, 2010

La muerte en un relámpago

Caminaba bajo la lluvia. Todos los demás estaban en sus casas, o corriendo despavoridos hacia un lugar donde guarecerse. Pero yo paseaba tranquila bajo la lluvia. Sin prisas. Con regocijo. Disfrutando el momento.

Al día siguiente supe que las torrenciales precipitaciones habían dejado tras de sí varios muertos y desaparecidos.

Y me resultó paradójico que alguien pudiera perecer, mientras yo admiraba los dibujos de los rayos en el cielo. Mientras yo gritaba con los truenos y bailaba bajo miles de gotas de agua.

Y lo que más me inquietaba era no saber si la muerte de esas personas embellecía o no mi momento, ese momento, fuera del mundo. Si debía sentir escalofríos al saber que mientras yo giraba y giraba, la muerte besaba los labios de alguien como a mí me besaban las miles de gotas de agua.

17 agosto, 2010

Carta a una Taurina - sí, como lo que contiene el Redbull-

EDITADO:

Debido a que el enlace que anteriormente había puesto para que accedierais a la "Carta a un antitaurino" ha sido borrado, me he permitido la libertad de poneros otro, que si bien no conduce al mismo blog, sí os permitirá leer la carta original. De nada.


Amados lectores, aquí tenéis la perla de esta señora, para que comprendáis el por qué de esta entrada.

Y he aquí mi respuesta:

Plas, plas, plas.

Qué buen uso has hecho, querida, de la sensiblería y la sinrazón en ese vómito de entrada. Discursos así los he visto a miles, especialmente hechos para encandilar a la masa haciendo uso de una emotividad que el asunto en sí no solo no merece, sino que además, me parece despreciable y carente de fundamento.

"A ti, que te llamas antitaurino y bla bla bla"

En primer lugar, me parece que la palabra "antitaurino" no es adecuada, pero es la que hay para denominar a "gente como yo", que estamos a favor de los derechos de los animales. Antitaurina tú, que te regocijas con el dolor de un animal en mitad de una plaza. Antitaurina tú, que estás sentadita, abanico en mano, mientras a escasos metros de ti torturan física y mentalmente a un animal indefenso. Y para más inri, ovacionas su desgracia.

Me parece, querida, que en España es MUY DIFÍCIL no tener contacto con un toro. Hasta tenemos banderas nacionales con toros representados en ellas. Las personas civilizadas que no acuden a un matadero público, como es la plaza de toros, podemos disfrutar de lo que es ver a una manada de toros y vacas en mitad del campo, sin que nadie los moleste. Eso para mí es ver al toro en acción, en lugar de verlo acosado por un grupo de energúmenos gritando en una plaza.

"A ti, que dices que defiendes a un animal del que solo te acuerdas cuando toca ir de manifestación"

Que mentira tan bien dicha. A lo mejor hasta te la crees. Como si no fuéramos miles y millones de personas las que defendemos los derechos de los animales, cada uno en la medida de sus posibilidades, pero no para crear polémica.

"A ti, que para atacar lo que consideras un espectáculo desagradable, solo se te ocurre desnudarte y cubrirte de tomate".

Claro que sí, he aquí un claro ejemplo de la técnica de la simplificación, muy bien utilizada por ti. Dile a tu logopeda que te dé un caramelo como premio.

Es que no veas, los "antitaurinos" somos así de idiotas. Fíjate, el otro día le dije a un camarero que el agua que me había traído no estaba lo suficientemente fresca. De modo que, ante un espectáculo que consideré desagradable, me desnudé y me cubrí enterita con tomate. Para mí, el espectáculo de mi vaso de agua caliente continuó siendo desagradable. Para la vista del camarero, tener delante mi cuerpo desnudo no lo fue tanto.

Tratas de ridiculizar una protesta que está del todo justificada. Y que además, es original. Que tú no tengas sensibilidad ni empatía no es culpa nuestra. A lo mejor tenemos que ponernos a sangrar de verdad. Puede que así te conmuevas. Yo, como mujer, lo hago doce veces al año, personalmente. Pero chica, ¡es que eso no cuenta! Qué le vamos a hacer...

"A ti te lo digo, desde el respeto que los que nos denominamos aficionados practicamos hacia vosotros."

Vaya... yo creía que el respeto se tenía o no se tenía. Por lo visto, vosotros lo practicáis. Pues os hace falta más práctica ¿eh?

"Siéntate un día con un torero, habla con el, escúchale. Solo así podrás saber que es amar a un animal, vivir por el."

Pero... me estás diciendo que me vaya a hablar con un torero... ¿o con un zoofílico? No sé, tendrás que aclarármelo mejor.

"Déjale que te cuente como cuando todavía era un niño dejo aparcados los juguetes y decidió empezar a jugarse la vida."

Mira, cariño, yo estudio Psicología. Aunque no me hace falta estudiar nada para decirte esto, porque te lo diría cualquiera con un mínimo de sentido común. A mí me dicen que un niño no solo no juega, sino que además, su instinto de supervivencia es una mierda, y lo interno en un centro de salud. Por no hablar de que posiblemente ayude para que le quiten la custodia a los padres. A eso se le llama maltrato a la infancia.

"Pregúntale porque prefirió olvidar su juventud para sacrificarse por un sueño que sabía de antemano sería prácticamente imposible de conseguir. Intenta comprender lo que significa olvidarte de todo, hasta de ti mismo, pensando, viviendo y soñando con ese animal que tu tanto defiendes."

Este podría ser el perfil de un claro caso de esquizofrenia. Esperemos que no se olvide mucho de sí mismo o perderá la noción de la realidad. Y claro que defiendo al animal, mi arma. Es que él pretende MATARLO... después de haberlo TORTURADO.

"Imagínate alejado de tu familia, de tus amigos de tu tierra y de tu gente."

Es el pan de cada día de un montón de personas. Incluída yo. No sé qué pretendes conseguir con ese argumento tan tonto.

"Y una tarde de invierno abrígate y vete al campo con el mira como nace ese animal al que tanta devoción le profesas y observa como te enviste cuando todavía no tiene fuerzas para ponerse en pie, la próxima vez no podrás decir que no nació para luchar que no tiene instinto."

Qué poético.
Claro que tiene instinto. Tú también. ¿Sabes cuál es la definición de instinto? Me parece que de interpretar conductas no tienes ni puta idea. A ver, cualquier ser vivo, incluso las plantas -que tan inertes le parecen a algunos-, tienen métodos de defensa. Eso no quiere decir que "nazcan para luchar". Quiere decir que "tienen recursos POR SI tiene que hacerlo". Claro que el toro intenta embestir -que, por cierto, se escribe así. Estarás relacionada con el mundo de los toros, pero no tanto con el de la ortografía... alguien hizo novillos (je je, novillos) en clase de Lengua... ¿eh?-. Sobretodo si algún hijo de puta con un objeto punzante se acerca a él para clavárselo en el lomo. ¿Tú no lo harías? ¿Te quedarías quieta?

"Pasa tardes, meses y años pensando en él al levantarte y soñando con él cuando llegue el final del día."

Hostia... eso es una obsesión grave. O un caso de zoofilia extremo. ¡¡Llama al médico!!

(Por cierto, me he permitido la licencia de acentuar los dos pronombres "él" que están en cursiva. Solo para mejorar la comprensión.)

"Pierde mujeres, amigo y familia que nunca llegaron a entender que lo antepusieras sobre todo, que te quisieron con locura pero que no pudieron soportar tus ausencias, que lo intentaron por todos los medios, pero que nunca llegaron a entender esa obsesión que les dejaba siempre en un segundo plano y te convirtió en un ser siempre pensativo y solitario."

Ahí está, guapa. Tú lo dices. OBSESIÓN.
Pues normal. Es un ENFERMO. ¿Desde cuando es lícito abandonar a las personas por matar animales? Yo también me largaría. Cagando leches.
Y sí, los toreros son muy pensativos. Hay casos de grandes intelectuales entre los toreros, como Jezulín de Ubrique. Mu majo y mu li'to er mushasho.
Y lo siento por el amigo. Se ve que tenía solo uno y lo perdió.
Al menos tenía varias mujeres para consolarse.

Los siguientes párrafos me los he saltado por el enorme bostezo que me provocan. Pareces la Coixet, coño. De todos modos te enlazo de nuevo, por si alguien quiere leer la mierda que has escrito.

"Estate dispuesto, convencido y mentalizado de dejarte matar."

Eso le dicen a los terroristas. Tu artículo se está poniendo muy, pero que muy peligroso.

"Después vuelve a tu casa. En la próxima manifestación, desnúdate, échate tomate por encima ponte unas falsas banderillas, alza la voz y mantén que defiendes al toro bravo, que lo amas."

Perdona, yo no AMO al toro. Los que tienen fantasías eróticas con él, según dices, son los toreros. Los antitaurinos, después de protestar, contestar a estúpidos posts como el tuyo, denunciar casos de maltrato animal a las autoridades, etc... volvemos a casa con gente que queremos y a la que no cambiaríamos por matar a ningún ser vivo.

Luego metes otro párrafo infumable. Perdona que no lo reproduzca.

"No juguéis con su futuro porque estáis jugando con el futuro de mucha gente que vive solo porque ese animal respire."

Quien "juega con su futuro", concrétamente matándolo, no parece que seamos nosotros. Y, cuando estáis en la plaza, no parece que os desviváis porque ese animal respire. Más bien estáis berreando y aclamando su muerte, cuando finalmente se desploma. Si es que están locos estos romanos...

"No quiero con este alegato convenceros de nada. No intentéis convencerme a mi que nosotros no amamos al toro bravo............."

Claro que no, llamas a la entrada "Carta a un antitaurino" en el que te pasas media hora diciendo lo que debe hacer para entender a un taurino, pero no quieres convencer a nadie.

Lo que dices también me suena a que, cuando eras chica y alguien decía algo que no te gustaba, te tapabas las orejas y decías a grito pelado: ¡No te escucho cara cartucho!

Claro que no quieres que nadie "intente convencerte". Tú eres feliz, dentro de tu secta tauricida. No es a ti a quien acribillan en un lugar lleno de macacos descerebrados que quieren ver tu sangre en la arena.

Sigue con los ojos cerrados.

Pero cada vez la gente está más concienciada de las atrocidades que hacéis. Pronto la razón triunfará sobre la irracionalidad vacua que vosotros destiláis.

El toreo ni arte, ni cultura. TORTURA.

... y no he podido evitarlo, pero yo nunca diré que no amáis al toro. Eso sí, que el ganadero no os pille metiendo la picha en ningún sitio, o poniéndoos debajo del animal para que os monte, porque os puede denunciar. Por no hablar de la gonorrea -consulta al diccionario si no sabes lo que es...y a tu ginecólogo, por si acaso-. Consejo de amiga.

16 agosto, 2010

Carta al Pasado

Querido Pasado,

Ya son varias las veces que has venido a mí este año. Siempre ocurre de la misma forma: estoy sumida en mis problemas, en mi vida del día a día, pensando en cualquier cosa, estudiando o probando nuevas recetas en la cocina… y oigo dos golpes secos en la puerta y, cuando se abre, apareces tú con los ojillos brillantes, preguntándome si puedes pasar.

No es que no te haya querido, que tenga miedo de ti o que ya no te recuerde. No es que guarde rencor. Ya odié suficiente. Ya me lastimaron lo bastante como para seguir lamiéndome las heridas a día de hoy.

No te engañes. Mi primer impulso cuando te veo aparecer es correr a tus brazos y mirarte, como si fueras un viejo amigo que vuelve de un largo viaje. Pero me contengo.

Sé que podría perdonar las ofensas, olvidar los malos días y quién sabe… tal vez volver a charlar contigo. Pero no como antes. Eso se ha terminado, ¿no lo entiendes? Sé que podría perdonar, que podría volver a sonreír … pero también sé que me volverías a traicionar de nuevo, desde el presente, si te dejara colarte de nuevo en mi vida. Podría ofrecerte una mano, pero sé que volverías a golpearme repetidas veces con la tuya. Porque no puedes evitarlo, porque estamos hechos para herirnos. Y tú no podrías evitar verme vulnerable. Y yo no podría evitar quererte de nuevo y que me volvieras a herir.

Sería estúpida si te dejara entrar otra vez. Es estúpido tender la mano a quien siempre te golpea cada vez que vuelves.

Los años pasan y, con ellos, yo podría pensar que las cosas han cambiado, que lo malo está olvidado y que por fin hay lugar para lo bueno. Pero si lo creyera, me estaría mintiendo. Porque si volviera a ti, no volvería a emocionarme como antes; y, en cambio, volvería a sufrir como siempre.

Por eso no puedo abrirte la puerta. Ya te la abrí demasiadas veces, y me traicionaste todas ellas. No me importan tus bonitas palabras. Me he hecho inmune. Ya no te necesito. Ya no te echo de menos.

Ya es bastante insoportable pasear por calles viejas y que me asalten antiguos recuerdos. Ya es bastante duro reconocer olores de antaño en ropas nuevas. Te concedo esas rendijas para que puedas espiarme. Pero he de decirte que no voy a consentir que vuelvas a mi lado. Quédate lejos, es mejor así. De este modo yo nunca seré una estúpida y tú dejarás de ser tan cruel conmigo.

Por eso no hablaré contigo por teléfono. No te enviaré ningún mensaje. No te odiaré, eso sería darte importancia. Y no mencionaré ni una sola vez tu nombre.

Y si el olvido te borra en mi memoria, no me culpes a mí. Piensa en lo que hiciste para no seguir a mi lado. Y cae en la cuenta de que te lo ganaste a pulso. Que no mereces mi perdón. Ni siquiera deberías mirarme a la cara.

Deja de llamar a mi puerta.

A los muertos se los entierra y se los deja en paz.


13 agosto, 2010

Buenos días, doctor


Buenos días, doctor. Como ya hablamos en anteriores consultas, usted sabe que padezco de una serie de desórdenes mentales. Usted sabe que mi matrimonio es un fracaso, que mi marido me engaña y que yo no dejo de fantasear con otros hombres. Usted dice que a raíz de toda esa situación, he desarrollado una ninfomanía sagaz y destructiva. Ha descartado la paranoia en mí, cosa que no sé hasta qué punto ha sido un acierto, pues me reconozco paranoide además de pensar que mis ideas son a veces extrañas. Claro, que me imagino que muchos paranoicos no dudan de sí mismos. Puede que ahí esté la diferencia. Yo no lo sé, no soy psiquiatra como usted, doctor.

Últimamente fumo mucho. Fumo mucho y a escondidas. Mi marido odia el tabaco, y lo peor es que yo también. Pero fumar me relaja. Soy especialmente vulnerable por la noche. Pero no al tabaco, doctor, sino al vodka. Me lo sirvo con cualquier bebida: café, agua, zumo, refresco… tengo que camuflarlo, porque si mi marido me ve con la botella, en seguida me la quita. Este gesto suyo me parece bastante desacertado, ya que ha sido él el que me ha arrojado a los brazos del alcohol. Flirtea con todas las mujeres, ¿sabe? Con todas. Ya sean guapas o feas, listas o tontas, maduras o jóvenes. Incluso se insinuó a la mujer de su mejor amigo. Y encima, delante de mí. Yo finjo no darme cuenta, doctor. No sé qué pretende haciendo eso. Yo lo entiendo como una falta de respeto, pero eso a él parece darle igual. Si le llamo la atención, dice que estoy loca. He llegado incluso a verle comerse a otra con los ojos y yo era plenamente consciente de que sentía algo por ella. Es enfermizo, y por eso fui a verle, doctor.

He de confesarle que estoy enamorada de un hombre que nunca he visto. Es un escultor al que solo conozco a través de páginas de Internet y un foro. Esto solo agrava mi situación y, a la vez, me ayuda a evadirme. Muchas veces cierro los ojos y pienso en él, en dónde estará en esos instantes. Sé que todo esto es una tontería, pero si usted supiera, doctor, lo mucho que me ayuda a no sentirme sola y asqueada con mi existencia… A veces quiero morirme, doctor, y otras, irme muy lejos, donde nada ni nadie pueda encontrarme.

Muchas noches me entran ganas de llorar. Tengo frecuentes y recurrentes pesadillas que no cesan de atormentarme cuando me duermo. Vivo en un infierno, doctor, y ni usted ni todas sus pastillas pueden ayudarme.

Le escribo todo esto porque siento afecto por usted. Sé que me encuentra atractiva y que, de habernos conocido en otras circunstancias, tal vez me hubiera invitado a una copa. Pero usted no puede hacer nada por mí, doctor. Yo solo soy su paciente y usted, mi psiquiatra.

Siento que no pueda curarme, pero no le culpo por ello. Estoy segura de que nadie, en realidad, podría. Solo soy una pobre loca enferma, que vive en un mundo enfermo. Y hay tanta enfermedad, que llega un momento en el que no sabes quién va a ser el próximo que va a infectarte con sus bacterias.

Gracias por todo.

Le envío un beso, que espero que recoja de mis labios antes de que cierren la tapa de mi ataúd.

Con cariño,

L. J. Lange


07 agosto, 2010

Dicotomía proyectiva


Encontré, por casualidad, su diario. También un puñado de cartas antiguas. Lo leí todo, quedando horrorizada con el hombre que había sido.
Él llegó de trabajar, me besó y me dio las buenas tardes. Yo no pude ni mirarlo.
De pronto, el pasado incidía sobre él. el ser que amaba, para presentarlo como aquel hombre al que de haberlo conocido despreciaría, y ahora, despreciaba. ¿Cuánto quedaba de la bestia en el hombre al que amaba? Ahora sabía que, por mucho que siguiéramos compartiéndolo todo, una parte de mí le odiaría eternamente.

Mi vida se había convertido en un macabro juego de sombras y luces.

06 agosto, 2010

Metalurgia


Mis pupilas policromadas me transmiten una imagen del mundo completamente gris. Un gris sucio y estéril, que se extiende desde la sangre que mancha las rosas blancas hasta la infinitud azul de la bóveda celeste.

Mis manos, aunque útiles, son débiles y oxidables ante las lágrimas de un niño que llora en una esquina, acuciado por el hambre.

Mis labios de acero, aunque forjados en las brasas, son glaciales y afilados; siempre ansían el contacto de otros labios, el sabor cálido de un beso.

No tengo corazón. Dicen que no tengo sentimientos.

Y, sin embargo, una corriente de electrones enerva mis cables, y provoco cortocircuitos en mi batería recargable cuando esta pobre mente de autómata imagina por unos momentos lo que será sentir el contacto de otro cuerpo. Lo que será rozar una piel, acariciar unos cabellos y que, en tan solo un instante, todo sea espontáneo e imperfecto.

02 agosto, 2010

Planetario


Hubo una vez en la que existieron estrellas fugaces surcando nuestros cielos. Tú sonreías, con una sonrisa cargada de amarga soledad, y me observabas con tus ojos negros, profundos y abisales, compartiendo un poco de tu dolor; pidiéndome, a tu vez, prestado, un poco del mío.

Llovieron satélites y asteroides. Las galaxias se desordenaron. Luego, solo quedó el silencio cósmico.

No hubo una caída de meteoritos cuando te fuiste. El cinturón se quedó donde pertenecía; donde siempre había pertenecido. De vez en cuando, pasaba un cometa congelado que me recordaba tu existencia. `Pude abrasarme, sin necesidad de ti, en oscuras llamaradas solares.

Los planetas continuaron girando en torno a su astro. Yo me perdí en el vacío. Te enviaba ondas de distinta frecuencia, y tú me respondías como quien envía la luz de una estrella muerta.

Te encontré, mucho más tarde, lleno de cráteres. Se había desgarrado tu superficie lunar. No pudiste perdonarme una ligera brisa, alegando que carecía de agua para albergar la vida.

Entonces se precipitó el universo desde lo alto de la inmensidad hacia la nada más absoluta.

Y quedamos atrapados dentro de un agujero negro, cuya gravedad no fue tan fuerte como hacia mí, tu olvido. Solo pude pagarte en respuesta con hielo y vacío. Con la luz muerta de tu estrella, convertida en oscuridad y tinieblas.