25 noviembre, 2010

Despedida de una suicida

Me pierdo. Sí, me pierdo entre la nada, entre las sábanas, entre el tiempo que pasa impertérrito mientras sigo sola y angustiada.

Tengo sed de algo que no está escrito y que no puede escribirse, pues las rocas de la montaña caerían impunes sobre mí. Y tengo miedo. Miedo de mí. Miedo de lo que no puede pasar.

Me proyecto en las imágenes, pero me sigo sintiendo demasiado limpia. Y necesito ensuciarme. Y quitarme la ropa a jirones.

Por favor.

Sáquenme de aquí.

23 noviembre, 2010

Ininspiración


Cierra los ojos al cielo.

Cúbrete con una almohada

de terciopelo y sujeta con las manos

temblorosas un ajuar

de hierba blanca y azafrán.

El rumor de la playa,

el calor de las islas.

Unas manos invisibles agarrándote la espalda

y un molino cuya rueda

hace años que dejó de girar.


Admira el mar. La espuma perfumada.

Abre los labios y entona un ruego,

una canción. Escribe una balada

con las uñas en la madera putrefacta.

Sangra. Llama a las sirenas.

El número ha caducado,

el tabaco está en carencia.

Nunca despertar del duermevela.


Silencio.

Escucha el sonido del silencio.

La presencia de las letras;

las palabras

y su ausencia.


19 noviembre, 2010

Recuperando el tiempo perdido

Ya no escribo. No ya aquí, en el blog -que tampoco lo hago, cosa que no me preocupa porque a pesar del cariño que le tengo a este espacio y que resume en grandes matices mi forma de entender la vida, no lo considero importante- sino que no escribo ni siquiera para mí. En principio, me dije lo de siempre: Descuida, es algo pasajero, ya te ha pasado otras veces... Y con eso me consolaba.

Hasta ahora.

Me he dejado arrastrar en un paulatino proceso de desencanto, de pasividad, de hastío. Leo, claro que leo. No puedo comprender mi vida en la más absoluta ausencia de palabras, de historias, de vidas.

Yo, que aprendí a leer antes que a hablar, notaba mi voz interior callada. Pero no se trataba de eso. Era simplemente que no la escuchaba. He llegado a tales niveles de evasión que hago oídos sordos a aquello que más sentido tiene para mí en esta vida. Y no puedo consentir que esto siga así.

Estoy llena de pasión. ¡De pasión! ¿Acaso el mundo llega a comprender lo que eso significa alguna vez, en su corta existencia?

Claro que tengo cosas que escribir. Estoy llena de ensayos mordaces, de guiones ingeniosos, de relatos dramáticos, de poemas... sí, sí. Estoy llena de poemas.

Así que no puedo permitir que este mutismo que ataca al núcleo de lo que soy por encima de todo, me destruya.

Y aquí finaliza mi tregua de silencio.

Prometo escritos llenos de pasión.

07 noviembre, 2010

¡Ésta es su democracia!

No podemos permitir los atropellos que están sucediendo cada vez más en nuestro país. Esto es muy grave.

¡LIBERTAD DE EXPRESIÓN!