13 abril, 2008

De la fe en las relaciones


Me gusta la soledad, sobretodo cuando me siento abandonada por el resto del mundo.
Tanto es así, que hay veces en las que hasta me creo que no necesito a nada ni a nadie para ser feliz, que me basto yo sola.

Es en estos momentos precisamente, cuando empiezo a elucubrar y a tratar de plantearme de forma objetiva mi currículum escrito hasta el momento en el tema del amor.

He vivido más fracasos en esta parcela de la realidad que años llevo viva: chicos a los que he amado, pero que no me amaban; muchachos que me querían, pero yo no les podía corresponder; jóvenes con los que me comprometía y al final, el intento de buena fe terminaba en un apoteósico maremagnum... Una completa locura, vamos.

Como es obvio, las personas que más me han marcado han sido aquellas de las que he estado enamorada, y dentro de esa división, siempre me han marcado más aquellas con las que he mantenido una relación.

Teniendo en cuenta que, normalmente lo he pasado peor cuando una relación mía terminaba que en cualquier otra circunstancia, me detendré a analizar este hecho en concreto.

Básicamente, siempre he encontrado los mismos fallos en los compromisos de pareja (permitidme que sea un poco egoísta a la hora de analizar esto, desde mi posición de mujer):
Los varones con los que he tratado en todos estos años, o bien no me amaban lo suficiente, o bien no sabían cómo amarme.

Siempre he tenido claro que alguien que me ame de verdad, sabe con total seguridad qué sentimientos procesa hacia mí. Me antepondría a otras personas y trataría de hacerme feliz.
Por supuesto, hay que tener en cuenta que todo esto supondría no ser perjudicial para esa persona. Tampoco hay que llegar a un extremo por ejemplo de: "Soy feliz si te cortas los brazos" (Por poner un ejemplo, por poco acertado que sea). Hacer feliz a alguien no debería ir nunca en contra de la felicidad propia.
Y eso es lo que se puede esperar de una relación, que se respeten los acuerdos de pareja, que haya amor, respeto, confianza y alguien con quien poder compartir experiencias, para que, finalmente, ambas partes de la pareja sean felices la una con la otra.


Otros fallos que he encontrado es que los muchachos no sabían quererme. Y en su mayoría, no sabían quererme porque estaban cegados por su propio egoísmo. Y aquí me he encontrado con muy diversos casos: desde celos incontrolados que terminaban atentando contra mi derecho de tener otras amistades y que éstas fueran respetadas ( Y aquí ha variado desde el que se dedicaba a hablar mal de mis amigos hasta el que se afanaba en apartarme de ellos y hacer que mi contacto con ellos se viera degradado), en otros casos, el chico estaba con la indecisión de si escogerme a mí o a otra muchacha, lo que a ambas nos perjudicaba; y finalmente estaban aquellos que pensaban que tenían derecho a todo y me terminaban tratando como si fuera un objeto sexual.
Que tu pareja sea egoísta, sea en el aspecto que sea, es algo tan abominable que me causa absoluta fobia y repulsión. Me enfada, me saca de mis casillas y eso va en detrimento del afecto que le profeso a una persona siempre.
Otro suceso que también me pone los nervios de punta, es que la persona se muestre fría conmigo. Necesito a alguien cariñoso a mi lado, yo no puedo estar junto a un trozo de piedra.
Necesito detalles pequeños, detalles insignificantes que me hacen muy feliz: Un simple piropo de vez en cuando ("Qué guapa estás hoy", "Te sienta muy bien esa camiseta"), sms por la noche o nada más despertar diciéndome algo medianamente romántico, sonrisas o besos sin venir a cuento, caricias, regalitos porque sí (y no necesariamente con valor económico), un "te quiero" dicho de pronto...
¡Hay tantas cosas con las que se puede obsequiar a alguien a quien profesamos afecto!
Yo es que me siento mal directamente si no lo hago. Es algo que sale de mí. Necesito comunicar el amor que siento a la otra persona.


La verdad es que observando todo esto de forma objetiva, cada vez me pregunto con más frecuencia si merece la pena tener una relación con alguien.
No puedo evitar sentir una fobia mayor a tener un compromiso, porque ya sé de sobra lo que conlleva: Crisis, celos, inseguridades, desigualdad en el trato de pareja (y no sé por qué, normalmente yo siempre soy la que sale perdiendo), palabras que se dicen sin pensar, miedos, esperanzas inútiles...
Todo un cúmulo de desagradables situaciones, en definitiva.
Pero entonces, llega un sentimiento. Un estúpido sentimiento creado por reacciones químicas en nuestro cuerpo llamado "amor".
¿Y qué ocurre entonces?
Que toda esa retahíla de inconvenientes que tiene una pareja queda reducida a cero.

¿Cómo algo que nos puede reportar de forma objetiva más dolor que alegría puede ser una ilusión para millones de personas, entre las que me incluyo?
¿Por qué nos vemos empujados hacia la desgracia más absoluta únicamente porque el corazón late un poco más deprisa cuando vemos al señor o señora X?

¿Cómo yo, que estoy tremendamente decepcionada con todas y cada una de las relaciones, sean más o menos formales, que he mantenido en mi vida, puedo seguir creyendo en el amor?

Una frase, una sola frase reduce a cenizas todo lo expuesto aquí.


***
"AMOR VINCIT OMNIA"
***
Y yo soy tan soñadora y romántica, tan impulsiva o claramente tan gilipollas, que la acato.
La biología y la evolución nos ha timado a todos. Y a mí la primera.
Un día de estos, cuando vuelva a caer, no me volveré a levantar.
Y a pesar de saberlo, sigo en mis trece, yo, eterna niña enamorada del amor...
Así me va...

9 comentarios:

Olid dijo...

Amor vincit omniaque nihi...mejor dicho.

No te engañes, Elvira, el amor está sobrevalorado.

No le des tanta importancia...cuando empieza, empieza; cuando acaba simplemente acaba.

Elvira dijo...

El amor de verdad, nunca termina.

(Ya dije que, o era soñadora y romántica, o era impulsiva o era gilipollas...)

Eso es lo que creo.

Anónimo dijo...

Crees en el amor porque lo has vivido. Quien no lo ha vivido, simplemente no sabe lo que es, ergo no cree en él.

Considerate afortunada por saber lo que es, y apiadate de aquellos pobres diablos que no lo han logrado ver en ti.

Ánimos, Elvira...
Es hora de dormir

Olid dijo...

Podres diablos aquellos que tan sólo se aferran al amor como guía de sus vidas...la vida es mucho más amplia que el amor.

Sabes esto cuando has amado y has sido amado múltiples veces, y cuando al final caes en la cuenta de la verdad: que todo es el producto de una enorme cantidad de transacciones de elementos químico-eléctricos.

Y qué egoísta por vuestra parte pensar que si alguien os rechaza después de un tiempo es que, primero, no era amor de verdad, y segundo, que esa persona no os ha sabido amar...¿no creeis?.

El amor no existe, tan sólo es una palabra preciosa y biensonante que se usa para definir un estado anímico, siempre enajenante.

Elvira dijo...

Emoción: Sensación muy intensa de corta duración en el tiempo. Ej: Angustia, terror, cólera...

Sentimiento: Sensación de moderada intensidad pero prolongada en el tiempo. Ej: Amor, simpatía, amistad...


Teniendo en cuenta esa noción básica que se encuentra en los libros de Psicología de 1º de Bachillerato, si el amor, que es un sentimiento, no perdura, puede ser cualquier cosa, menos amor.
Aún somos jóvenes, confundimos el amor con muchas cosas. Hay quien defiende incluso que, hasta llegados a cierta edad, las personas no aman de verdad.

El amor es un sentimiento, nada de estado pasajero enajenante. Es algo palpable en el día a día, no una droga que, una vez pasado el colocón, se va.

No es algo tan sólo que opino yo, la Psicología me secunda. Lo que digo no debe estar tan desatinado, ¿no crees?

Olid dijo...

Hablemos de Psicología, pero para ello lee un poquito y documéntate, entonces tus palabras tendrán validez:

-Teoría trifactorial sobre el amor: Robert Sternber, catedrático de la Universidad de Yale.

-Atribuciones de responsabilidad en el Amor: Frank Finchman, U. de Florida.

-"Anatomía del amor": Helen Fischer, profesora del departamento de Antropología de la U. de Nueva Jersey (este bastante interesante, divide en cuatro fases la neuroquímica del amor).

-Estudio sobre Amor y Peligro: Donald G. Dutton y Andarthur P. Aron, U. de Columbia Británica en Vancouver.

-"Enamoramiento y amor": Francesco Alberoni, sociólogo italiano.

Hay hago varias reseñas a artículos, libros y estudios que no te vendría mal leer, aunque sólo fuera por encima, para conocer lo que la Psicología dice y defiende sobre el Amor.

Ahora, si tu opinas todo lo contrario, es totalmente respetable.

Pero yo no hablo de opiniones, sino de conocimiento demostrable, y cito las fuentes.

Elvira dijo...

"Mi secreto es muy simple: no se ve bien sino con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos".

Antoine de Saint-Exupéry

Olid dijo...

¿Pero ese piloto era psicólogo? xD

Tendría que estar vivo aún para preguntarle si él sería capaz de volar, despegar y aterrizar con los ojos cerrados...xD

Elvira dijo...

Era un filósofo y un ejemplo a seguir.

Y a mí, la verdad es que siempre me dirá más "El Principito" que todos tus desabridos libros de Psicología.

Llámame soñadora, si quieres.