17 mayo, 2012

Cortometraje real: atrapada por un yonqui

El otro día estaba esperando el metro, miré el reloj y quedaban chorrocientos minutos para que viniera el próximo, así que me armé de paciencia y me apoyé como pude en una de las paredes del metro para no caer fulminada al suelo -tenía un cansancio de mil pares de narices porque llevaba todo el día corriendo por la ciudad en tacones-.

En esto que estaba ocupada en bombear sangre del corazón a la cabeza, cuando veo pasar un yonqui con una bicicleta -tengo un yonqui-radar excelente gracias a mi padre, que me enseñó de pequeña a detectarlos aunque por aquel entonces no tuviera ni idea de lo que era un yonqui-. Total, que el tío me mira de arriba a abajo y se para a unos metros de mí. Yo paso de él -no por ser yonqui, sino porque paso de la gente de la calle en general, y de la gente que me mira de arriba a abajo en concreto-, y trato de hacerme la invisible.

De pronto, el hombre se acerca un poco y me hace la clásica pregunta:

-¿Tienes fuego?

Le miro como si acabara de descubrir una nueva forma de vida y le respondo educadamente:

-No, lo siento, no fumo.

-Ah, vale.

El tío entonces se aleja un poco con la bici y yo respiro de nuevo, porque no hay cosa que me desagrade más que un extraño que se acerque para ligar conmigo y encima de una forma tan tópica.

Total, que vuelvo a meterme en mis pensamientos y al minuto o así, el hombre se me vuelve a acercar y me pregunta:

-¿Tienes hora?

Nooooooo por quéeeee... calma, calma, a lo mejor es que simplemente es idiota o todavía le duran algunos efectos de la heroína, no se centra y no sabe que hay tres relojes en el metro. No seas malpensada, no quiere ligar contigo...

-Sí, son las xx:xx

-Ah, vale.

-Lo pone ahí -y le señalo el reloj.

-Ah...

El tío se planta a dos metros de mí y me mira.

Mierda, va a sacar las armas.

Mi mente, que a veces es una cabrona, de pronto me recuerda que esta situación parece un documental. Casi escucho la voz del comentarista de los documentales de naturaleza de la 2: El macho ha visto a una hembra joven que parece disponible, de modo que comienza su ritual de cortejo estandarizado, basado en una serie de sonidos interrogativos que los machos suelen iniciar para establecer un primer contacto...

Se me escapa una sonrisa, claro, porque la situación es del todo ridícula, yo estoy muerta de cansancio, tengo un yonqui plantado delante y para colmo estoy escuchando la voz del comentarista de la 2. El tío se percata de ello -de la sonrisa, no de mis delirios mentales- y, oh, error, parece creer que le doy vía libre. Voy a demandar a RTVE...

-¿Tú sabes el lenguaje de los sordos?

Claro, me suelta esto y me deja fría, aunque por otro lado es una pregunta bastante más original que las dos anteriores.

-No -le digo, sin saber si va a seguir dándome coba o si me va a pedir ayuda económica para su centro de yonquis discapacitados.

-Pues yo sí -me dice lleno de orgullo, y esboza una sonrisa idiota.

-Qué bien -digo para zanjar el tema y miro hacia otro lado.

En esto que aparece el segurata y el encargado del metro, que parece que están al loro de lo que pasa con el yonqui. Yo les miro de reojo pensando que al menos, si el tío se pone pesado, ellos pueden intervenir. Que no digo que yo no sepa usar mis tacones como es debido, para eso los llevo, pero en una situación violenta llevo claramente las de perder.

-¿Cómo te llamas? -me pregunta el yonqui sin cortarse un pelo.

Mierda, mierda, a ver... ¿qué le digo? Si no le respondo o le digo que no le importa, a lo mejor se pone más pesado todavía... a ver, diplomacia, si le digo un nombre quizás me deje tranquila. A ver, nombre de mujer por defecto... dilo con seguridad, como si fuera tuyo...

-María -superconvencida, claro que sí.

-¿Cómo? ¿Luisa? -se está haciendo el sordo y lo sé, para tener la excusa de acercarse más a mí. Está claro que aunque ese tío supiera de verdad el lenguaje de signos, no es sordo, porque los sordos son personas sensibles que agudizan otros sentidos y se dan cuenta de cuando molestan a alguien.

-Sí, Luisa... -digo con sorna, para que el tío recoja velas.

-¿Mari Carmen? -me pregunta, haciéndose el gracioso mientras se acerca.

-Sí, Mari Carmen, por ejemplo -digo en alto con un tono de “me estás poniendo de mala leche”.

El tío se para, porque obviamente nota que yo no estoy por la labor, así que saca su vena poética para encandilarme:

-Tienes una cara que voy a grabarme en el corazón durante 300 noches. Tú te irás, pero el que está aquí pensará en ti durante 300 noches.

Genial, ahora trata de imitar a Sabina... aggghh... Si no estuviera tan cansada a lo mejor me iba a otro sitio donde el pesado no me moleste. Pero estoy destrozada, llevo despierta desde las siete de la mañana, cada paso que doy es un dolor, estoy muerta de calor y como ese tío me busque las cosquillas me voy a poner de una mala leche increíble... que venga ya el metro, por favor...

En serio ¿a algún hombre el decirle cosas así a una mujer le funciona? Porque si lo hace es que, efectivamente, hay mujeres que directamente son gilipollas. Y digo yo, que si todavía hay hombres que lo usan es porque alguna vez les funcionará. O quizá no, simplemente hay hombres que repiten un esquema hasta la saciedad aunque no les funcione. A saber la de mujeres que este tío en concreto lleva a día de hoy “grabadas en el corazón” durante 300 noches, tiene que tener un corazón más multitudinario que el desfile del orgullo gay...

El yonqui sigue con su retahíla a pesar de que estoy mirando hacia otro lado:

-Con esos ojos encandilarías a cualquiera...

Miro al segurata y al encargado suplicante, a la espera de que se acerquen y le digan al yonqui algo así como: disculpe caballero, está molestando a la señorita. ¿En qué mundo vivo? Al mirarlos, me los encuentro mirándome las piernas fijamente. Genial. Estoy atrapada en un triángulo de babosos donde no sé si es peor lo que está pensando el yonqui o uno de ellos. Esto es España, donde los encargados de protegerme son los primeros que me violarían. No me va a ayudar nadie con el tío pesado. O salgo sola de aquí o salgo sola.

-¿Ese quién es? ¿Tu consorte? -me sigue preguntando el yonqui, refiriéndose al de seguridad.

-No -se me ha dibujado una sonrisa sarcástica de la hostia.

-Pues no deja de mirarte... desde que ha llegado no te ha quitado los ojos de encima.

-Ya me he dado cuenta -digo mirando al de seguridad con cabreo. El de seguridad se pone colorado, no sabe donde meterse y finge iniciar una conversación con el encargado.

-Chiquilla... -sigue el tío desesperado por captar mi atención- chiquilla...

Lo que faltaba ya. Chiquilla. Mujeres del mundo, cuando un tío que te asalta por la calle sin conocerte de nada te llama chiquilla, es porque cree que tiene el terreno ganado. Usa “chiquilla” o “niña” para que veas que estás en situación de desventaja, que el que maneja la sartén por el mango es él. Al fin y al cabo, tú solo eres una chiquilla... aunque tengas sesenta años.

-Chiquilla, pero cómo no vas a llamar la atención con ese pelo, esos ojos, ese bolsito, esos zapatos... Aunque claro... -de pronto se le pone una mirada aviesa- estarías mejor sin el bolso... sin los zapatos... sin ropa...

Mientras va diciendo eso, a mí se me va poniendo cara de pocos amigos paulatinamente hasta que siento como estalla la furia. Ya está, lo ha conseguido, he intentado ser diplomática pero no, está visto que con los imbéciles hay que ser borde desde el principio o se pasan tres pueblos. No voy a permitir que un tío cualquiera me desnude con la mirada.

-Mire, déjeme en paz. Estoy harta. Deje de molestarme de una vez.

-¿No me vas a dar tu teléfono?

-Más quisieras. Déjame en paz y vete.

El tío me mira con intensidad, como si no se creyera que lo estoy rechazando -menuda autoestima tiene-, pero finalmente se da por vencido y se aleja.

Al cabo de un par de minutos el metro llega. Espero a que entre él primero y luego busco el punto del vagón más alejado.

Moraleja:

Quizá no sea mala idea amenazar a la primera de cambio con spray de pimienta. A lo mejor es que mi educación está completamente trasnochada y tengo que empezar a escupir y a mandar a la mierda con todas las letras a cualquiera que me pregunte la hora. Joder. No se puede ser una ciudadana educada en este país.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, muy gracioso el texto, pero no se que pretendes en realidad aqui, osea es como si yo escribiera una situación incomoda, como si alguna ves me roban, o como si alguna tipa intente ligar conmigo... yo no contaria esas cosas a cualquiera, ni menos las escribiria en internet para que cualquier persona del mundo sepa esas cosas, es como si fuera acosado por una belleza con trastorno de identidad disociativo, se supone que no fue agradable para mi, como para que todo el mundo se entere XD lo curioso es que te describes a ti misma como un pibon, una tia que esta muy buena, algo asi haria un narcisista, lo cual esta mal visto XD y para remate final, parece que no te muestras mucho, osea ¿fotos tuyas? ¿donde?, yo solo vi una foto tuya, solo una, y no era una foto como para decir "joder macho ¿que le daran de comer a esta tia? ya que esta muy buena" XD entonces comparando la foto con lo que escribes aqui, diria sutilmente que te estas estilizando, estilizar no es sinonimo de llegar a ser deseable, de hecho la belleza es subjetiva. Yo creo que puedo estar equivocado por ver solo una foto, pero de ser asi, para ver mi error tendria que ver otra foto donde mas o menos sales como dices que eres en este texto, lo cual seria facil porque al publicar una entrada tienes la opción de poner una foto, y si no la pusiste puedes editar la entrada para poner una foto, yo creo que debes tener alguna foto por alli sola o acompañada (no importa), porque la verdad, este estilismo que te haces a ti mismo es desde mi punto de vista... exagerado, como una imagen retocada de photoshop pero escrito, osea no es creible. Espero que no te haya ofendido mi critica, que tengas un buen dia XD

Elvira dijo...

Se nota, querido anónimo, que los comentarios de texto de lengua no se te daban muy bien. O no se te dan bien, a saber qué edad tienes. En ningún lugar de este texto dice nada de que yo sea un pibón, lo que tú te imagines ya es otra cosa. A lo mejor es que tienes una mente calenturienta, sobre todo teniendo en cuenta que has ido corriendo a mirar fotos mías. Pero no hay ninguna referencia a mi aspecto, sólo lo que dice, fíjate bien, un yonqui, al que hago una acusación velada en el texto de no estar completamente "limpio". De hecho, lo que yo digo de mí es lo que estoy pensando en esos momentos. No hago referencia a mi aspecto en ningún momento, de hecho, de no ser porque tengo una foto en el blog, ni siquiera sabrías de qué color es mi pelo. O sea, que lo del narcisismo ese del que me acusas es, sin ánimo de ofender, una soberana gilipollez. Como bien sabrás, este es mi blog, y aquí cuento lo que me apetece. Como dices, mi texto es gracioso, por lo que se ve claramente que mi intención es contar, de manera simpática, una anécdota que me ha ocurrido. Esto lo hago por entretenerme y por entretener al lector. Punto. No tengo muchas fotos mías en internet porque me interesa mi privacidad. Ya que te veo tan interesado, te cuento: Yo soy muy estilosa a la hora de vestir, quien me conoce siempre destaca que sé elegir muy bien la ropa que llevo y, si quieres saberlo, gané en mis años mozos un concurso de Misses y he sido modelo de una tienda de ropa en mi ciudad adoptiva; además de que me han ofrecido varios equipos de fotografía que sea su modelo, pero lo he rechazado porque no quiero vender mi imagen. Esto te lo cuento para que veas que, incluso si se diera el caso de que tuviera un ego por las nubes, podría tomarme la licencia de decir que no es algo que venga de mí, sino de los demás. Pero aún habiendo ganado un concurso de misses, aún habiendo sido modelo de pasarela, aún habiéndo sido una posible candidata de modelo de fotografía, no me considero un pibón. Hay algunas que sí lo harán incluso por menos que esto, pero yo no. Me considero guapa, para lo que hay por ahí, y tengo un cuerpo bonito, pero tampoco soy una belleza deslumbrante. De todos modos, como dices, la belleza es subjetiva. No tengo ningún interés en que veas una foto mía, más que nada, porque viendo que te posicionas como Anónimo y no te conoceré probablemente de nada considero que respondiéndote a tu, perdonáme que te diga, estúpido comentario, ya estoy haciendo suficiente. Si estás buscando fotos de mujeres facilonas, te recomiendo redes sociales como Badoo, Tuenti y demás lugares donde se reúne la gente en la red para intercambiar fluidos. Allí probablemente atenderán mejor a tus necesidades. Gracias por comentar y que tengas un buen día :)

Maicu dijo...

¡Ostías eres más torpe ligando que el pobre indigente! Solo una cosa más, que si que me a dolido al leerla. Es estúpido, lo sé pero tengo una batalla personal por defecto profesional, es Lengua de Signos, no lenguaje de los sordos, lenguaje de los sordomudos, etc, etc... No infravaloremos una lengua que tiene el mismo valor y riqueza que la nuestra solo porque sea minoritaria. Posiblemente no haya sido tu itención ya que solo pretendias contar una anécdota más o menos graciosa y con la que más de una nos hemos sentido identificadas en algún momento seamos o no pivones, gracias a la existencia de seres como nuestro amigo el anónimo. Pero bueno yo lo dejo ahí y gracias por sacarme entre los dos una sonrrisa desvelada.

Elvira dijo...

Gracias por comentar, Maicu. Fíjate con lo que una tiene que lidiar a veces... Con anónimos que le piden fotos después de leer un texto jajajaja. Si es que...

Como el yonqui me habló de "lengua de sordos" en todo momento, yo intenté hacer una corrección en el texto y me referí a él como Lengua de Signos (aunque en minúscula) porque sé que ese es su nombre real. Por supuesto, mi intención no es ofender a nadie -y creo que las del yonqui tampoco-, simplemente transcribo las palabras de otro y el yonqui me dijo lo que me dijo. No puedo cambiarlo. Al no tratarse de ficción, lo que hay es lo que hay.

Me alegra que te lo hayas pasado bien con la lectura, era mi intención.
Saludos!