17 noviembre, 2008

Olivar, relato de soledades compartidas de seres desiguales



Me encontré con él después de muchos años, mientras caminaba por un sendero de gravilla delimitado por granados en medio del campo. Sus cabellos se arremolinaban en torno a su cabeza con rebeldía, creando espirales y bucles que no terminaban de encajar con la apariencia sosegada que quería mostrar al mundo. Vestía una gabardina gris, un jersey azul y pantalones negros como sus zapatos. Llevaba un sombrero que le otorgaba cierta semejanza a un detective novelesco, pero no fumaba ninguna pipa.
Claro que no. Él era médico, sabía que eso era perjudicial para la salud, y de todos modos, en el ambiente en el que había pasado la mayor parte de su vida no estaba bien visto. También llevaba gafas como en su juventud, quizá con los cristales más gruesos debido a la vista cansada producida por todas aquellas horas de estudio que, seguro, había pasado encerrado en alguna alcoba de su casa rural.
Sin embargo, no me detuve hasta que casi me di de bruces con él, ávida de encontrar sus ojos y escrutar directamente los secretos que me había estado guardando durante tanto tiempo.
Mi respiración se entrecortó cuando me clavó sus pupilas inteligentes, con ese brillo de ingenio (¿malicia?) mezclado con bondad (¿quizá condescendencia?), no se sabe si ésta era innata o creada por la fuerza a base de máscaras.
Había conseguido lo que se proponía: Había dejado de ser él mismo para convertirse en la persona que siempre había soñado ser.
Pero su expresión, aunque ensayada, no conseguía ocultar el horrible desasosiego que le producía el mantener a su alma encerrada, amordazada, sacrificada por lo que él había considerado correcto.
Me miró evaluadoramente.

-Has cambiado - me dijo con su media sonrisa.
-En cambio, tú sigues exactamente igual que siempre -espeté intentando mostrar un tono de voz duro que pronto se convirtió en un susurro apenas audible, carente de fuerza.

Su sonrisa fue más pronunciada. Entreabrió los labios dispuesto, según estaba previendo, a entretejer las palabras que dieran forma a una conversación superficial y vacua, como la que uno elabora para dirigirse al panadero por la mañana.
Antes de que cualquier sonido escapara de su boca, inspiré y conseguí hacer la pregunta cuya respuesta nunca llegué a saber del todo, aquello que tanto me había dolido durante los años de separación:

-¿Por qué me dejaste sola?

Sus facciones se contrajeron creando una evidente mueca de fastidio entremezclado con sorpresa.
Inspiró hondo, y no me dijo nada. Me miró. Se concedió unas milésimas de segundo para observarme con cariño, con los posos de afecto que había quedado adheridos en lo que le quedaba de corazón. En seguida, sus ojos se mostraron duros.

-Hubieras sido una buena compañera con sólo dejar de luchar por seguir siendo tú misma.

Me quedé perpleja.
Él no se inmutó y continuó hablando:

-El mundo no está hecho para aquellos que van en contra de las normas, que no se agarran a las reglas sociales básicas para convivir. Si no muestras unos patrones de conducta mínimamente aceptables, estás condenado a ser un proscrito. Y yo no quise seguir un camino de soledad, como tú, por más que hubiera sido ese realmente mi camino. La admiración de los demás es muy importante para mí. Es la razón por la que me levanto cada mañana, pensando en qué es lo que haré ese día para poder sorprenderlos a todos. Te gusta el poder y eres, al igual que yo, ambiciosa. La diferencia se halla en que con un poco de práctica, he podido unirme a la masa y ser ahora un icono que brilla entre todos ellos. Sí... no te negaré que me he sentido tentado en muchas ocasiones de apartarme del mundo, de quitarme la máscara y poder tratar a los demás como realmente siento que debo hacerlo, aunque ese trato no sea el correcto. Pero mírame ahora. Sólo un poco de hipocresía y he llegado a ser todo un ídolo. En cambio, mírate a ti. Siempre tan complicada, tan encerrada en ti misma que no dejas que te vean los demás. Estás sola, sola de verdad y eso te lo has ganado a pulso gracias a esa actitud de ser tú ocurriera lo que ocurriera. Me vas a decir que te cuesta mucho dejar de lado tus dudas y sonreír un poco al que pasa por tu lado, aunque ni siquiera te importe...

-No sé quién está más solo de los dos. Si yo con mi compañía, o tú rodeado de tantas personas que, sí, se lanzarán para cubrirte si tienes la desdicha de que un coche interfiera en tu camino, pero jamás te comprenderán como lo podría haber hecho yo, si me hubieras dejado una oportunidad.

-Nuestros caminos hace mucho que se separaron, no le llores ahora a tu muerto. Déjame seguir con mi vida, no te he necesitado nunca, jamás pensé en ti en todos estos largos años. Te me apareces ahora reclamando un lugar que nunca te perteneció porque yo no quise dártelo, a pesar de poseer todo aquello que te hubiera hecho acceder a él sin reservas. No te cruces ahora en mi vida para recordarme lo que pasó, como si fueras mi conciencia... Déjame volver a casa, quiero estar solo.

Me aparté de su camino y me hice a un lado.

-Tranquilo -susurré- ya estás solo.

Y él continuó su camino, levantando el polvo con sus pasos firmes y decididos.

Tenía razón, él era un triunfador, un conquistador del día a día... Desapareció en el horizonte antes de que pudiera dedicarle un último pensamiento.

Cayó la noche.

Y cuando ese día, aquel hombre ya maduro llegó a su hogar, silencioso como de costumbre y puso las llaves en la cerradura y entró en casa, se sentó en su desvencijado sillón, se quitó el sombrero...

Y entonces encendió su pipa.

4 comentarios:

Argeseth dijo...

Y el asunto de siempre, averiguar cuándo detrás de la máscara ya no queda nada, o mejor encender la pipa y recordar en los fantasmas del humo.

Anónimo dijo...

Puede que mereciera la pena casi perder el tren.

Perfect Stranger dijo...

¿Donde dios me salve? Crudo lo veo pues xDDDD

Anónimo dijo...

Vaya... te dije que yo escribia mis cositas tambien... pero son bastante malas comparadas con lo poco que he podido leer por aqui...
Sabes ya quien es este "invitado anonimo"? xD
Como pista... un bizarro encuentro de madrugada por los pasillos hace unos dias xD