Tengo sed de algo que no está escrito y que no puede escribirse, pues las rocas de la montaña caerían impunes sobre mí. Y tengo miedo. Miedo de mí. Miedo de lo que no puede pasar.
Me proyecto en las imágenes, pero me sigo sintiendo demasiado limpia. Y necesito ensuciarme. Y quitarme la ropa a jirones.
Por favor.
Sáquenme de aquí.
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