18 junio, 2012

Personalidad múltiple



Uno quería hacer las cosas siempre bien,
el otro en cambio quería romperlo todo.
El tres pensaba que nada importaba
y el cuarto siempre quería dormir.

El quinto siempre proponía que corriera
a dónde fuera, lejos, lejos.

Y el sexto sólo pensaba en follar
y al siete sólo le importaban las canciones,
al ocho sólo lo que pudieran decir,
al nueve cómo sonarían si las tocara otro.

Y el diez se preguntaba si te iban a gustar
después de una semana sin hablar de él.

Once nunca se inclinaba
y el doce siempre tenía una opinión,
el trece se encargaba de la buena suerte
y el catorce nunca quería mirar atrás.

Los diez siguientes pensaban en diez cosas diferentes
llegando hasta los veinte,
sin saber que podía decir
simplemente
que aún no sé contar,
simplemente
que aún no sé contar.

Los treinta siguientes se miraban con los dientes,
se peleaban y jugaban a ser fuertes,
los números pares no encontraban sus lugares
y los impares parecían números naturales.

Los decimales sugerían que no éramos normales
y el infinito los convierte en números irracionales ...
irracionales ...
irracionales ...
irracionales ...

Y no hablaremos de los números primos,
que sólo se dividen por uno o por ellos mismos.

Irracionales ...

-Ivan Ferreiro-


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