Cierra los ojos al cielo.
Cúbrete con una almohada
de terciopelo y sujeta con las manos
temblorosas un ajuar
de hierba blanca y azafrán.
El rumor de la playa,
el calor de las islas.
Unas manos invisibles agarrándote la espalda
y un molino cuya rueda
hace años que dejó de girar.
Admira el mar. La espuma perfumada.
Abre los labios y entona un ruego,
una canción. Escribe una balada
con las uñas en la madera putrefacta.
Sangra. Llama a las sirenas.
El número ha caducado,
el tabaco está en carencia.
Nunca despertar del duermevela.
Silencio.
Escucha el sonido del silencio.
La presencia de las letras;
las palabras
y su ausencia.
2 comentarios:
Buenas,
...-Pulgar expuesto al viento y el signo de la lluvia.-
Seguro que a ti te gusta Marillión y si no, pues te lo aconsejo.
saludotes,
P.d Me gusta como escribes y algo sobre lo que dices, también.
No conozco Marillion, pero me lo apunto.
Gracias por pasarte por aquí.
Un saludo.
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