Acabar con todo.
Esa sensación que comienza
en las costillas
y sube hasta la garganta
para inundar los lacrimales
secos y ardientes
de rabia, asco, náusea.
La bilis espumosa
burbujeando en mis entrañas,
a punto de estallar
por cualquier lado,
clavándome las uñas en las manos,
en mis dedos húmedos,
suplicantes de un cigarro encendido.
Sangro, me alimento, lloro,
renazco
en una suerte aciaga
pegada a mis talones
y bolsillos.
Esa rabia que me ahoga dulce
y dolorosamente...
y no me deja respirar.
5 comentarios:
Uf, creía que te vería esta mañana en el Potro en lo de Emplazarte. Si hubieras ido igual se hubiera mitigado un poco ese dolorazo que muestras.
Pues sí, me he estado muriendo de envidia viendo las fotos. Pero bueno, hoy el horno no estaba pa' bollos, como suele decirse, así que sólo me queda tocar madera para que la próxima no la prohíban :P
Por cierto... ¿es un tirón de orejas? :)
¿Un tirón de orejas? Crees que te las mereces por algo?
¿Yo? Siempre. Debería quedarme castigada todos los domingos :)
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