22 abril, 2012

Caracol


Bebo una copa,

bebo otra copa;

miro en el fondo

de la botella

y no hay un genio

en su interior.


En mi sonrisa,

un caracol.


Las margaritas,

los margaritas,

de antiguo invierno

se han marchitado,

no me han dejado

ni un solo adiós.


En tu sonrisa,

un caracol.


Seco mi capa,

mojo tu boca

bajo al infierno,

no rezo a dios.


Casi sin prisas,

un caracol.


Dejo una mueca

toco una tecla

de un piano helado

de la pared.


En mi sonrisa

de caracol.


Si duermes solo

deja una muesca

entre tus labios

de celofán.


En tu sonrisa

de caracol.


Recojo un beso,

quito el perfume,

chupo la savia,

no sé qué hacer.


Son las aristas

de un caracol.


Digo te quiero,

vivo en un coco,

bebo tu ausencia,

abrazo el aire,

dónde estarás.


Son tus sonrisas

de caracol.


2 comentarios:

harazem dijo...

Hay quien sostiene que los pentasílabos no pueden formar estrofas ellos solos, que necesitan las muletas de los heptasílabos para caminar. Acabas de demostrar que están equivocados. Y muy bien demostrado. Sigue en el coco.

Elvira dijo...

Gracias, de corazón. Sigo en el coco.