un zumo de naranja, quizá
no basten para restablecerte el ánimo.
Observa el atardecer
con un duro beso en los labios.
¿Cómo puedes ser tan cruel?
Artículo 1
Llevarme el viento prendido en el rostro
duele tanto como no volverte a ver.
Quizá no debí pedir tanto.
La ironía es que fue sin querer.
Artículo 2
No me duelen las avenidas.
Ni el más mínimo rincón.
Sólo me pregunto
por qué en estas calles
se rezuma la misma escarcha
que en las aceras de tu corazón.
Artículo 3
Fuiste a ver la caída de las hojas
y el cielo tomó por decisión
desnudarse a su vez.
Gorriones y jilgueros por doquier
yacieron muertos entre las setas.
Qué macabra oferta,
naturaleza muerta a tus pies.
Contraportada
Se disparó la aguja del velocímetro
mientras caía una tormenta implacable
sobre tus manos llenas de nieve.
Nadie sintió cómo corrió
la sangre en tu interior.
El breve lagrimeo en tu boca.
Cómo te aferrabas al manillar
sin superar los noventa kilómetros hora.
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