Ella tomó la pastilla y con la ayuda de un vaso de agua se la tragó.
-Muy bien hecho, cielo – le dijo Alberto, su marido, besándole el pelo.
Ella le sonrió tímidamente. Después de cinco años, seguía fiel a su medicación, sin saltarse ni siquiera una toma. ¿El motivo de ingerir fármacos desde hacía tanto tiempo? Se le había olvidado por completo. Tal vez, por la medicación.
Pero era feliz.
-¿Eres feliz? –preguntaba su marido.
Y ella, obedientemente, respondía que sí.
-Bueno, he de irme a trabajar –le dijo él cuando el reloj andaba cerca de las nueve menos cuarto – Vas a ser buena, ¿a que sí?
Y ella, obedientemente, respondía que sí.
Después del trabajo, el marido se iba con sus compañeros a tomar unas copas.
-¿Cómo consigues que Verónica no te dé guerra alguna? –preguntaba José Antonio asombrado por las palabras de Alberto.
Alberto sonreía impasible.
-¿Cómo logras que haga lo que tú quieras? –inquirió Fernando.
La sonrisa de Alberto se pronunció.
-Y sobretodo… ¿cómo consigues que crea en tus palabras y te admire por lo que dices?
Alberto, sin dejar de sonreír, sacó una tableta de pastillas:
Originalidad®.
Dos pastillas al día.
Si no se logra su efecto, robar la Originalidad a otro. Funcionará.
Mantener fuera del alcance de los niños.
¿Acaso un engaño puede dejar de ser un engaño?
3 comentarios:
Caray en una de esas empezaré a automedicarme, a lo mejor así no me angustio por lo que a otros les importa un comino...
Un beso.
Buenas,
Igual yo también me automedico con cantidades `astringentes´ de alcohol en vena y no...
Joder os habeis dado cuenta el aumento de millones de muertes en los mataderos para/con las con las celebraciónes navideñas.
y de los regalos en forma de animal, que posiblemente será abandonado en verano...
Y todo para que, para celebrar ¿Que...?
Que asco de vida. Que asco de religiones y ¡Que mierda de humanidad!!!!
Un abrazo
Como me he salido del tiesto, jajaja. En fin, teleles que le dan a uno...
Oye conoces os has leido algo del dramaturgo Boris Vian.
No se que me da y por tu forma de expresión escrita, que te gusta...
A mi si, desde luego
Besos.
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