30 julio, 2011

Injerto

A veces, sólo a veces, me gusta sacar los mapas que tengo guardados en el cajón y buscar aquellas cosas que tuve una vez y que perdí. El mapa, el mapa, me digo entonces, todo debe estar en el mapa. Sin embargo, el mapa está hecho de papel, o quizá de un material mucho menos longevo y con el tiempo los trazos se pierden y ya no puedo volver a encontrar lo que siempre vuelvo a buscar. Quiero un bolígrafo de tinta imborrable. Pero no tengo dinero y los trazos, los trazos se pierden, llevándose irremediablemente trozos de mí.


Y me caerá una tormenta tras estas palabras y yo preguntaré que quién es aquel que no sabe en ellas ver el arte.


Pero las oraciones dulces y envolventes son para otras. Ellas son evocadoras y elegantes. Yo, desde mi rutina bien conocida y desgastada, simplemente es que estoy mal de la cabeza.


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