30 mayo, 2012

Homenaje a mi familia no humana


Así sería un poema de Edgar
si supiera escribir.


Miau, eres un gato como yo,

te reconocería en cualquier parte.

El hocico blanco, el pijama

naranja de rayas

y tus ojos dorados.

Mi más antiguo compañero

y el más niño de esta casa.



Miiu, tú eres un gato albino

de ojos ahora azul celeste,

ahora azul eléctrico;

parecerías un fantasma

si no fuera porque no das miedo.

Eres sinónimo de elegancia.



Mrau, que dice la princeza,

y sus ojos amarillos brillan silvestres

mientras a la luz del día se despereza.

Eres un torbellino,

eres un huracán en femenino

y una bicolor jovenzuela.



Meu, tú eres un gato un poco raro,

no te termino de ubicar,

con esas orejas tan largas

y ese hocico tan pequeño.

Pareces una bola de pelo

¿a qué especie pertenecerás?



Meoaw, tiene pico y plumas,

una capucha negra de superhéroe.

Siempre es el alma de la fiesta,

un experimentado aventurero,

un ruidoso insoportable

que siempre quiere volar

desde tu mano a tu sombrero.




Mau, esa eres tú, rubia extraña,

que me alimenta y me da los buenos días

por la mañana.




Prométeme que seré yo

no al único que ames,

pero sí tu favorito.

No puedo competir con cada bicho

que metes en mi casa.

Pero yo fui el primero, tu gato negro,

el de los ojos esmeralda.

Bastará con que te sientes a mi lado

cuando sienta la nostalgia,

con que me beses de manera diferente.




Somos tu familia,

tus aliados de por vida,

te daremos mucho trabajo

¡pero qué narices!

sarna con gusto no pica.



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