21 enero, 2010

Psicoanálisis Tergi-versado


Relación genital:
Incluye apoyo e independencia. No se necesita estar cerca del objeto.


Rompiendo las barreras del sonido voy,
tambores anunciando el fin del mundo son
latidos que se esc
apan de mi corazón.


Que si el azar nos va empujando hasta el final,
solo habrá casualidad"



Tan lejos, que te siento cerca.
Las noches se hielan cuando tu recuerdo aparece en mi mente
y deseo –anhelo- con todas mis fuerzas
volver a aquellos instantes en que nos amamos
para volver a descubrirte,
para redescubrirte,
para ser junto a ti,
como el recuerdo,
eterna.
(The District Sleeps Alone Tonight)




Relación anaclítica:
En otras épocas se ha establecido una relación muy estrecha con un objeto relevante que ha provocado al sujeto muchas sensaciones placenteras. En el futuro se buscará estar cerca de un objeto, al igual que con el objeto de la época anterior.



De las sombras de tu corazón, fingiré que he sido yo.


Te quiero, pero no sé bien por qué.



He captado las notas
que en tu voz están manchadas por su perfume.
Detén esta farsa ahora,
no te conviertas en mi verdugo
y a mí en la mujer falsa
que finge no saber,
cuando la triste realidad es
que ya sabe demasiado.
Demasiado para sonreír de nuevo,
demasiado para quererte otra vez.
Equivocaste la destinataria de tus poemas.
Ya nada se puede hacer.




Relación compulsiva:
Nos relacionamos con el mismo objeto que no nos satisface, pero hay algo que nos impulsa a ello.



Sumas y restas demonios dentro de palabras.


En mi búsqueda de la felicidad
me vi interrumpida por la metafísica.



Me buscaba entre las líneas de tu fracaso,
pobre de mí, pequeña egoísta.
No solo me equivoqué,
sino que al buscar tu dirección para encontrarte de nuevo
no te hallé y no supe dónde ir.
Te absorbió el código binario,
y en mi vida has desaparecido.
De nosotros solo queda el vacío.
Y si me estrello una, y otra, y otra vez
intentando encontrarte,
intentando hacerte mío,
y por respuesta solo recibo el silencio
valiente cuanto más podré saberme,
cuanto menos, desesperada.
¡¡Mirad, parece sonreír!!
¿No será que es el demonio?
Un chico así jamás debió pasar.
¡Oh, Dios, terrible engaño!




Ambivalente : Amor y odio hacia una misma persona.



La luz se apagó encendiendo a su vez
una estrella que indica el lugar donde pierdes el sueño.


Brindé por el blanco y el negro.




Me despierto.
Hoy te amo y te digo que te quiero.
Un abrazo, lo de menos.
Se regalan besos
y sonrisas en los puestos.
Géiser y maullidos nuevos.
Hoy te he perdonado.
Hoy, eres mi juguete nuevo.
*
Me despierto.
El odio con mi sangre se mezcla.
Quiero que huyas de mí,
¡desaparece!
El corazón enmudece y mira hacia otro lado.
Siento haberme equivocado.
Y te odio, no sabes cuánto.
Y me despierto, y te digo que te amo.
Y me levanto, y te digo que te quiero.




Relación sádica


Y en mi delirio arrastraré todas las cosas buenas.


Dártelo es mi privilegio,
y como te lo doy,
te lo podré quitar.



Te parasito, me parasitas.
Somos dos abominaciones de la naturaleza
y aún lo endulzas, con la astucia
y con la destreza de aquel
que, corrupto, sabe que la mentira
es lo que le queda.
¿Crees que es esto lo que quiero?
Solo dejo pasar el tiempo.
Tal vez el amor me encuentre
y me lleve lejos.




Relación de postausencia
(Relación preobjetal)



Te buscaré mucho más allá de lo que exige el tiempo.


La distorsión es tan real... como mi amor por ti.




Permíteme que esto quede
como testigo de lo que tengo que decirte
en un futuro muy lejano
en el que todo coexiste.
Aún no he inventado la canción adecuada para ti,
ni los versos, ni las letras,
ni los dulces con canela que prepararé
a la espera de que te envenenes.
Aún no sabes mi nombre,
ni cómo queda el cuadro de mi piel
y tus sábanas frías.
Te regalo una manzana.
Deja que hasta tu boca se eleve
y dale un mordisco de esperanza.
¡No soy Blancanieves!
Y, sin ser una Borgia,
me llamo Lucrecia.


Cursiva: Fragmentos de canciones de Iván Ferreiro.

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