Este es el rincón del infierno
reservado para nosotros.
Ellos están arriba
y nosotros aquí abajo,
pero la música fluye
y elimina las distancias.
Somos un todo, el jazz,
ellos y nosotros.
Esta noche improvisamos
y nos confundimos con el aire,
con la música,
con las vibraciones
que excitan nuestras neuronas
con esos impulsos eléctricos
que conoces tan bien
y que yo estudio como intercambio
de calcio, magnesio y potasio.
En el fondo somos lo mismo.
El Diablo está ahí, provocándonos,
tocando el saxo para nosotros,
en este instante que ocurre ahora
y que ahora y un segundo después, se irá.
Disfrútalo, saboréalo,
tómalo entre los dedos y hazlo tuyo,
sabes hacerlo como nadie
y por eso adoro verte reír.
Así son nuestros segundos,
únicos e irrepetibles
y tan necesarios
como un chute de heroína.
Acuérdate de vivir
nos dice un viejo amigo.
No lo he olvidado
desde que ha comenzado la noche,
estos momentos contigo.
No sentiré miedo ni nostalgia
cuando esto haya pasado
cuando la noche se haya ido.
Eres mi ángel del infierno,
-no de la guarda-,
y puedo tocarte,
puedes tocarme
como ese joven la guitarra
y sonamos en armonía y discordancia,
y sé que somos como esas luces
que se unen y se separan desde el techo,
tan rojas y brillantes,
tan fugaces pero intensas,
bailando,
rondándose tan cerca,
tan lejos
pero siempre volviendo a encontrarse.
Me fluye por las venas esta sed de vida
y me apetece contarte un secreto:
las ciudades no son sólo las calles,
no son sólo las aceras
ni los puntos de los mapas.
Hoy la ciudad somos tú y yo,
jazz en estado puro
y esta noche se revela ante ti
con todas sus fuerzas.
No la desprecies,
porque Córdoba es como Ítaca
y siempre estará aquí
esta ciudad esdrújula
esperándote a que vuelvas.
Cada momento requiere un ritual,
y te pido que me dejes improvisar
como el coro de diablos borrachos
que nos hace tener un orgasmo
con sus voces de viento metal,
y tímida y paradójica
me acerco a la barra.
Es la hora de apostar y yo apuesto
a doble malta o nada,
nos lo jugamos todo a una sola carta.
Y te quiero porque dices sí
y lo aceptas,
y no por inconsciencia,
sino porque lo sientes
y sabes que si pierdes
podrás empezar de cero
con las mismas ganas,
con las mismas fuerzas.
El bosón de Higgs
se deshace en nuestras lenguas,
somos las partículas
que mantienen unida la materia
de este universo paralelo
en el que vivimos.
Accedo a tu petición,
y lo hago con música,
dice una canción:
Homo homini lupus,
amanita faloides,
opus dei vade retro,
superavit de incognito,
habitus delinquendi,
ora et labora,
abyecto curriculum;
cunnilingus post mortem.
Así el memento mori
no nos dará tanto miedo
y podremos transformarlo
en memento vivere.
Así siempre tendremos
nuestro Leaving las Vegas,
seremos como Dorian Gray sin pasado
ni patria, ni bandera.
Acuérdate de vivir,
acuérdate de vivir,
errare humanum est
y todo lo demás
es no tener planes más allá de esta cena.
Nuestro rerum demoni particular.
2 comentarios:
Que mezcla más rara te ha salido.
¿Entiendes lo que has puesto en latín? xD
La mezcla no es rara, es peculiar. Y mola.
Como buena estudiante de biología, entiendo conceptos de griego y latín básicos. Y lo que no da la biología, lo hace la literatura.
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