La luz de la mañana entraba por las persianas del Castillo Familiar donde esa noche se había quedado a dormir. “¡¡Oh, vaya!! ¡¡Otro nuevo día!!”, pensó el caballero. Comenzó a acordarse de todos sus amigos: “¿Se habrá despertado ya la Dama de las Camelias? ¿El Señor del Fuego seguirá roncando en su habitación? ¿La Dama de los Mazapanes estará en los albores de su ducha diaria? ¿La Señora de Los Floripondios habrá empezado a trabajar? ¿La Dama del Estiércol ya estará cantando entre las calabazas?"
Se levantó perezosamente del lecho de seda, terciopelo, oro, diamantes y rubíes. “Me voy a poner con el ordenador un rato, no vaya a ser que empiece a pensar”.
Y así lo hizo. Cogió el ordenador y encendió el msn. “¡Oh, cuántos amigos me hablan! Eso es que soy superimportante.” Al cabo del rato se aburrió y lo cerró, no fuera a ser que comenzaran a invitarlo demasiado a todos esos bares que conocía. Abrió el blog de su hermano en el navegador y pensó: "Vaya, tiene entradas sobre trenes y estaciones, sobre poemas de Goethe, críticas a la sociedad, sobre escritoras que reflexionan y poemas propios. ¡Yo también quiero ser así de guay!".
De modo que se puso manos a la obra: Escribió sobre trenes y estaciones, horribles críticas contra la sociedad -no por su acidez e ingenio sino por su superficialidad, escasa argumentación y poco gusto, a decir verdad-, incluso una entrada haciendo referencia a Goethe: “Y como no me queda más remedio, pues enlazo a mi hermano ya que tiene parte del trabajo hecho, y de paso añado un vídeo de Youtube, que, por cierto, también me enseñó él, pero no pasa nada porque esto nadie lo sabe”, pensó.
Sin embargo tenía un problema con los poemas y es que eso no se le daban muy bien. “¿Qué hago ahora?”, se preguntó desesperado. “¡Ya sé! Me dedicaré a poner poemas que escriben otros, así al menos todo el mundo podrá ver lo cosmopolita que soy”.
Claro, que su hermano cuando lo vio no pudo menos que hacerle algún que otro comentario.
“Lo censuraré”, pensó el caballero. “Así nadie verá que sus críticas son bastante acertadas y de paso me ahorro tener que contestarle, porque total, en realidad no tengo ni puñetera idea sobre cómo hacerlo y que sea yo el que quede bien”.
Después, en el blog de su hermano, se dio cuenta que no había ningún enlace a su blog “El amanecer del Invierno”. El caballero se echó a llorar: “Oooh, nadie me quiere”. Así que como venganza también quitó de su blog “El amanecer del Invierno” el enlace del blog de su hermano. “Ja, así aprenderá. Para que vea que no es el único tipo duro aquí”.
Siguió observando su blog “El amanecer del Invierno” cuidadosamente. “Le falta relleno”, pensó. “¿Qué hago?”, se preguntó. “Ya lo tengo. Empezaré a contar mi vida épicamente, de modo que no se parezca a los miles de millones de blogs que tiene la gente que se dedica a contar su vida”. La pena era que aún así, sí que se parecía. Y para más inri, era aún más intragable.
“No quiero buscar trabajo. Debí de hacerlo durante el verano, pero preferí beberme mi beca y pasarme las noches delante del ordenador. Uy, eso no lo he puesto en el blog. Voy a escribirlo superépico y que parezca que me lo he estado pasando en grande en lugar de aburrirme como una ostra como es la verdad. Ya de paso comento haciendo una perfecta metáfora de fuentes y ríos con la que realmente hablo de mujeres, y de esa forma dejo constancia que intenté ligar con toda tía que se me cruzó y no tuve éxito ninguno. Aunque ahora que me doy cuenta, este escrito me lo ha inspirado un poema de mi hermano. ¡Si no fuera por él, no sabría ni qué pedir para Navidad!”, pensaba mientras se acordaba de su petición navideña: regalos que le permitirían parecerse más a su hermano.
Se dio cuenta de que habían dejado un comentario en su última entrada del blog al abrir el correo. El caballero se alegró una barbaridad cuando se dio cuenta de que era su fiel comentarista lameculos Francesco Manué, famoso por comentarios como: “Oh, fabuloso, me has alegrado el día, no como este asqueroso video porno que acabo de ver”, “Qué adorable entrada, casi me entran ganas de pajearme con ella”, “Eres un escritor de la hostia, sigue así y llegarás lejos”. Efectivamente Francesco Manué no le decepcionó.
Al cabo de un rato, el caballero pensó que le apetecía salir a tomar algo, así que bajó las escaleras del Castillo Familiar y se dirigió al Rey, su padre:
-Papi, papi, ¿me dejas 50 euros para salir? –lloriqueó poniendo cara de corderito.
Tras mucho insistir, la respuesta fue no.
Así que el caballero volvió a refugiarse en su ordenador y abrió el msn para contarles a todos sus amigos lo mucho que sus padres le oprimían.
“Son malos, malos todos ellos”, se le podía leer en el nick.
Mira por donde que fue Francesco Manué, que estaba por el msn a las 6 de la tarde, a quien le tocó hacer de pañuelo de lágrimas:
Caballero Petulante que parece tener alguna idea de Historia, pero ni puta idea de la vida - Son malos, malos todos ellos dice:
“Oh, mi fiel amigo. No sabes cuánto sufro. Desde que la Orden de Caballería de Orcos Adoradores de Mitología y Dogmas Antinaturales me dio la patada en el culo, mi vida no es la misma. Ahora tengo que pensar. ¡Pensar! ¿Tú sabes lo que es eso? Me figuro que no a juzgar por los comentarios lameculos que me haces en el blog, pero imagínatelo por un momento. ¡Yo solo sé ser un parásito y apropiarme de formas de ser y vestir ajenas, de amigos ajenos! ¿Qué va a ser de mí? ¿Y si tengo algún día que ser yo? ¿A quién volveré a engañar entonces?
Además los Reyes (mis padres, por si no estás acostumbrado a la jerga medieval que suelo gastar) me oprimen. No encuentro trabajo y me siento como una mierda. Claro, que yo tampoco pongo mucho interés y espero a que un empleo me caiga del cielo, pero es que no sé hacer nada salvo esperar y que me lo den todo hecho”.
Francesco Manué se desconectó, así que el caballero cogió una botella de whisky del que bebía su hermano y le echó un trago. Se dio cuenta de que no le gustaba, así que fue a por coca cola para poder seguir diciendo que se estaba tomando un whisky, en lugar de tirarlo por el desagüe como le estaba apeteciendo hacer.
"Con lo asqueroso que está este licor, lo mejor que puedo hacer es que me sirva de inspiración para escribir algo contra la sociedad. Lo llamaré... Reflexiones (para que todo el mundo sepa que reflexiono) junto a... ¿La lavadora? Así todo el mundo se creerá que me harto de hacer tareas domésticas. No, no... junto a... ¿mi hermano? ¡No, por Dios, que esto sí que es hacerle una reseña directa!. Junto... ¡a la hoguera! ¡Eso! Reflexiones junto a la hoguera, para hacerlo más épico y costumbrista como en el siglo XIX".
De forma que se puso a trabajar.
"Un poco de Historia por aquí...: Cuando Paquito I, Rey de las Galias (o de Francia, para que parezca que estoy en la onda) ... Bueno, ya sé me ocurrirá qué poner. A lo mejor meto el Génesis, un libro tan retrógrado como mal traducido que todo el mundo se ha tomado superenserio y lo pongo como inicio de la reflexión. Bla bla bla... por aquí un montón de paja para aburrir al lector. Génesis bla, Adán bla... ¿Qué más? Voy a hablar de hybris y así queda patente que sé idiomas. Y de Herotodo ¿O era Herodoto? Así saben que leo. Y ahora meto el tema de la libertad de paso, que está muy de moda. Ahora un montón más de bla. Y ahora voy a centrarme en la sociedad y decir que todos son unos bárbaros. Y ya de paso aprovecho y pongo algo como que pobres bárbaros que no se me recen tal comparación, y así todo el mundo recuerda que recién me saqué la licenciatura de Historia (que tienen millones de personas más en el mundo, aparte de mí, pero como el que la tiene soy yo, pues me creo especial). Hablando de la licenciatura, voy a poner otra cosa que creo a pies juntillas, que es que formo parte de la última generación bien formada. Jajajajajaja. Qué importante, culto y sabio soy. Además de los últimos, que eso me hace original. Jajajajajaja. Ahora voy a ir terminando hablando del legado que Adán dejó a sus hijos. Aunque me pregunto que qué legado es éste. ¿Caín, Abel, follaros a vuestra madre Eva, ya que Dios ha sido tan poco previsor como para poblar al mundo con tan solo una mujer? Además Abel va a terminar bien muertecito. Si es que Papi Jehová cuando la lía, la lía. Y para terminar, una frase aplastante. Voilà. Otra entrada hecha. Pero no nos chupemos las pollas todavía, ¿Eh, Francesco Manué? Que aún puedo sorprenderos más"
Y se le fue pasando la tarde… perdón, las horas vespertinas sin las Musas, haciendo como que pensaba en mitología griega y escribiendo textos fatalmente redactados además de quejarse a todo aquel dispuesto a oírle.
Yo no, desde luego.
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